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Martes, 12 Abril 2016 03:14

Parkinson, cuando el cuerpo no deja de temblar

 

 

El día 11 de abril ha sido designado por la Organización Mundial de la Salud como el Día Mundial del Parkinson, siendo este día también el aniversario del nacimiento de James Parkinson, neurólogo británico que en 1817 describió lo que en aquel tiempo llamó Parálisis Agitante y que hoy en día conocemos como Enfermedad de Parkinson.

 

La enfermedad de Parkinson, también denominada Parkinsonismo idiopático o parálisis agitante es un trastorno neurodegenerativo crónico que conduce con el tiempo a una incapacidad progresiva de trastorno del movimiento.

 

La enfermedad de Parkinson también desencadena alteraciones en la función cognitiva, en la expresión de las emociones y en la función autónoma.

 

En los últimos 10 años, los investigadores han identificado algunos casos poco frecuentes en los que la enfermedad de Parkinson parece ser provocada por una única mutación genética. En estos casos, el gen mutado se transmite de generación en generación, lo que da como resultado un gran número de casos de la enfermedad en el seno de una familia ampliada. Las mutaciones del gen LRRK2 constituyen los factores genéticos que más contribuyen a la enfermedad de Parkinson que se han descubierto hasta la fecha.

 

El factor de riesgo más importante para esta afección es el envejecimiento, y los hombres presentan un riesgo un poco más alto que las mujeres.

 

Dicho esto, diversos estudios han destacado algunos factores que están asociados a un mayor o menor riesgo de la enfermedad de Parkinson. Por ejemplo, el consumo de tabaco y cafeína se han relacionado con índices menores de la enfermedad, mientras que las lesiones en la cabeza y la exposición a pesticidas se han asociado a un mayor riesgo. Si bien dichos estudios no vinculan de manera definitiva estos factores a la enfermedad de Parkinson de una forma u otra, destacan algunas áreas en que las investigaciones adicionales pueden orientarnos hacia determinadas estrategias de tratamiento y prevención de los riesgos.

 

Durante este día varias asociaciones de Párkinson conmemoran este día con la celebración de actos públicos así como también difundiendo información sobre este mal y tratando de sensibilizar a la sociedad en general.

 

La prevalencia del Parkinson en el mundo es difícil de cuantificar debido a la dificultad de recopilar información precisa sobre esta enfermedad en los distintos continentes.

 

Debido a que la enfermedad tiene una relación con la edad (aunque no se trate de una enfermedad exclusiva de las personas mayores), el fenómeno del envejecimiento de la población traerá como consecuencia una mayor prevalencia de la misma en los años venideros.

 

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa, crónica e invalidante, desconocida para las personas que no tienen o han tenido un contacto directo con la enfermedad y muy estigmatizada.

 

Existen tantos párkinson como personas lo padecen porque la enfermedad se manifiesta de forma diferente en cada persona tanto en la sintomatología como evolución de la enfermedad o respuesta a los tratamientos y a las terapias rehabilitadoras, lo que hace necesaria una atención personalizada.

 

En la actualidad, se desconocen las causas que provocan la enfermedad y no tiene cura; sin embargo, existen una gran cantidad de terapias y tratamientos dirigidos a atenuar los síntomas y mejorar la calidad de vida de las personas con Párkinson que es una enfermedad muy desconocida para la sociedad alrededor de la cual existen multitud de falsos estereotipos.

 

Entre los tipos de Parkinson destacan dos: la edad de aparición y el temblor como síntoma característico. La mayor parte de las personas afectadas tienen más de 65 años, pero no es exclusiva de las personas mayores ya que se estima que una de cada 5 personas afectadas, es menor de 50 años.

 

Por otro lado, el Párkinson es mucho más que el temblor, en la enfermedad intervienen un amplio abanico de síntomas tales como la apatía, la lentitud de pensamientos y de movimientos o la depresión, entre otros. De hecho, muchos de ellos provocan más invalidez que el temblor en reposo como por ejemplo la rigidez, la ausencia de expresión facial o los problemas de equilibrio (principal causa de las caídas). La falta de conocimiento a menudo conduce al estigma y éste puede llegar a provocar el aislamiento social de las personas afectadas. En ocasiones, síntomas como la rigidez muscular o la inestabilidad postural se mal interpretan como apatía o inexpresividad facial, con la falta de interés.

 

Todo ello provoca que, tanto los pacientes como sus familiares, tengan que hacer frente a dificultades derivadas de la incomprensión social. Un mayor conocimiento de la enfermedad conduciría a comprenderla mejor y, por ende, borrar este estigma.

 

En el Parkinson intervienen un amplio y variado abanico de síntomas pero no todas las personas que conviven con la enfermedad desarrollan los mismos; por otro lado, también depende de la etapa en la que se encuentren, ya que a medida que la enfermedad avanza puede aparecer nueva sintomatología.

 

Síntomas motores: Son los síntomas más frecuentes, y comúnmente denominados como cardinales, son: bradicinesia (lentitud de movimientos), rigidez, inestabilidad postural y temblor.

Síntomas no motores: Aunque durante mucho tiempo los síntomas motores se han considerado fundamentales en la enfermedad, cada vez va cobrando más importancia la sintomatología no motora por el impacto que provoca en la vida diaria de las personas afectadas. Estos síntomas son muy variados y pueden aparecer en cualquier etapa, aunque cobran más relevancia en las más avanzadas. Entre los síntomas no motores de la enfermedad se encuentran: el estreñimiento, el exceso o ausencia de salivación, trastornos de la deglución (dificultad para tragar y disfagia), la apatía, depresión o el insomnio, entre muchos otros.