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La crisis del arte está acompañada de la desmemoria a la labor que han realizado críticos como Raquel Tibol en México, lo que hace imposible trazar genealogías de pensamiento, referencias teóricas e incluso reflexiones amplias sobre los planteamientos ya elaborados, señaló Daniel Montero, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, durante la inauguración del encuentro académico Raquel Tibol: confrontaciones. Problemas de la crítica de arte a propósito del trabajo de Raquel Tibol, evento que enmarca los cinco años de su fallecimiento. 

 

“Raquel Tibol supo enseñarnos a leer y, en algunos casos, a escribir sobre obras de arte, exposiciones, eventos artísticos, así como sobre coyunturas históricas específicas en las que se discute la práctica artística y se emplazan las confrontaciones entre los distintos agentes”, expresó Amanda de la Garza, directora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo, donde se realiza el encuentro.

 

El pensamiento de Raquel Tibol, añadió Daniel Montero, se transformó conjuntamente con las producciones artísticas locales y mundiales, así como de múltiples amistades y enemistades. “Es por eso que el pensamiento de Raquel Tibol nunca fue monolítico, aunque siempre tuvo un claro enfoque desde la izquierda política”.

La 23 edición del festival Eurojazz se llevará a cabo los fines de semana del 7 al 29 de marzo en las áreas verdes del Centro Nacional de las Artes.  Contará con la participación de 15 agrupaciones provenientes de Francia, Países Bajos, España, Luxemburgo, Italia, Alemania, Irlanda, Polonia, Hungría, Finlandia, Bélgica, Austria, Eslovaquia y México, quienes además de conciertos ofrecerán 11 clases magistrales.

 

“Este festival se originó con la convicción de que la música es una de las expresiones culturales más importantes y una forma de mostrar la diversidad cultural de la Unión Europea”, dijo André Rizzo, consejero político de la Delegación Política de la Unión Europea en México, en conferencia de prensa.

 

Mencionó que durante 22 años este festival ha visto evolucionar la participación de jóvenes músicos que crean ritmos originales sin olvidar los tradicionales. “En el 2019 asistieron alrededor de 95 mil personas, además de 44 mil que siguieron el concierto vía streaming. Esto es una muestra de que Eurojazz es un éxito conocido a nivel internacional. Es el festival de jazz europeo más grande de América Latina”, añadió.

 

Por su parte, María de los Ángeles Castro Gurría, directora general adjunta del Cenart, apuntó que las primeras ediciones de este festival, que inició en 1998, se llevaron a cabo en la Plaza de las Artes; sin embargo, fue tal la demanda y el interés que decidieron desplazarlo a las áreas verdes.

 

Observó que a partir de esto la participación de la Unión Europea fue mayor, “eso ayudó a que fuera madurando hasta llegar a lo que hoy es. La evolución del Eurojazz se debe al público mismo, a los que antes venían como jóvenes y ahora vienen como papás con sus hijos, y, por supuesto, a la participación de cada uno de los países que conforman el repertorio”, expresó.

 

Esta edición integra a Théo Ceccaldi Trio (Francia); Under The Surface (Países Bajos); María del Toro Quartet (España); Arthur Possing (Luxemburgo); Dúo Javier Girotto–Vince Abbracciante (Italia); Julia Hülsmann Quartett (Alemania); ­Scott Flanigan Trio (Irlanda); Kuba Wiecek Trio (Polonia); Zsolt Farkas, Adrián Szajkó, Toni Snétberger Trio (Hungría); Timo CLAss & Teppo Mákynen (Filandia); Ingrid Nomad (Bélgica); Sketchbook (Austria); Louise Phelan (Irlanda);  Lukáš ­Oravec  Quartet  (Eslovaquia); y, por primera vez, un dúo mexicano, llamado Selvanegra.

 

Al respecto, Gurría mencionó que buscan visibilizar el trabajo del Cenart en relación a la formación de músicos. “Creo que este festival ha sido muy importante para incidir en la creación de grupos, nivel musical y aspiraciones de los músicos de jazz en México”, opinó. 

 

Dirigidas a músicos profesionales y estudiantes de nivel medio y avanzado con experiencia en jazz, las clases magistrales se impartirán tanto en instalaciones del Cenart como en el plantel Fernández Leal de la Escuela Superior de Música.

Pocas bandas han permanecido activas por tanto tiempo como las Víctimas del Dr. Cerebro; el proyecto originario de Ciudad Nezahualcóyotl, ha sobrevivido a los cambios y mutaciones que la industria musical ha sufrido durante las últimas décadas. Apoyándose siempre en su peculiar estilo que le ha creado una base fiel de fanáticos que los ha apoyado incondicionalmente.

“Hemos tenido la fortuna de haber hecho este recorrido musical durante treinta años, hemos estado en las dos partes de la historia. En una gran disquera transnacional y también del lado independiente. Las redes sociales y las nuevas plataformas nos han ayudado a estar más cerca de la gente, así como para promocionar nuestra música…”. Palabras de Romualdo Flores El Chipotle, fundador de las Víctimas del Dr. Cerebro.

Tras cinco años de silencio, la banda saco al mercado “Amor Enfermo” su primera canción inédita, la cual, cuenta con la colaboración del Dr. Shenka, vocalista de Panteón Rococó. Este sencillo tiene la peculiaridad de alejarse del estilo tradicional de la banda, para dar paso a un sonido mucho más cercano al ska.

Las Víctimas del Dr. Cerebro buscan cerrar esté ciclo de treinta años haciendo un concierto gratuito en la plancha del Zócalo, formando parte del cartel de la Semana de las Juventudes, nada aún confirmado, pero el deseo de la banda de ser partícipe está presente. Además de lanzar un nuevo disco en agosto de este año, por lo pronto, estarán lanzando en las próximas semanas su segundo sencillo “Mujer Lobo”.

La banda estará presentándose el próximo 13 de julio, junto a DragonForce.

La emblemática banda mexicana Molotov confirmó una vez más por qué es una de las agrupaciones consentidas y más importantes de México, con un concierto poderoso donde ofrecieron un recorrido a través de sus numerosos éxitos para poner a brincar y cantar a los miles de asistentes.

 

En medio de una noche que presagiaba rock, cientos de personas bajaban del metro Juárez para encaminarse por fin al recinto de Avenida Independencia en el mero Centro Histórico de la Ciudad de México. Enfundados en playeras negras con estampados de la banda, pantalones de mezclilla y en su mayoría de los hombres con barbas largas y tupidas, así empezaba a llenarse el Teatro Metropólitan que aguardaba en su interior una noche rockera.

 

Con los más de tres mil asistentes ya en su lugar, ansiosos de música y el reloj marcando las 21:05 horas, Tito, Randy, Micky y Paco salieron al escenario saludando al público entre gritos eufóricos, fuertes silbidos de los fans. Para hacer entrar todos en calor desde el inicio, “Here we kum” fue la elegida para poner a todos en sintonía, “Amateur” y “Noko” siguieron la noche mientras los integrantes de la agrupación platicaban entre ellos y con el público como si fueran viejos amigos todos.

 

“Esta canción amerita que ya se paren todos” exigió Micky antes de poner un clásico sobre la mesa “Chinga tu madre” dio ese golpe de autoridad que logra solamente una banda consagrada en la escena musical. Todos los asistentes sin excepción siguieron las órdenes del bajista y abandonaron sus lugares para vibrar al mismo tiempo entonando la rola.

 

Llegó el primer momento especial de la noche y el primer invitado subió al escenario, Leonardo de Lozanne cantante de Fobia los acompañó para entonar “Lagunas metales” y digo acompañó porque sentado a un lado de Micky los observaba mientras ejecutaban la pieza. Terminada la rola, le pidieron que se quedara una más a lo que contestó: “Pero canten una que me sepa”; su suplica fue escuchada y ahora si con él en la voz, se escuchó “Voto latino” haciendo retumbar el histórico coloso.

 

“Parasito”, “Dreamers” y “Blame me” continuaron el espectáculo. Con el orgullo nacional y las luces verdes, blancas y rojas llenaron de patriotismo el escenario para entonar a una sola voz su gran éxito “Gimme the power” ¡Viva México Cabrones! Se debió escuchar hasta el Zócalo por la fuerza que pusieron todos los asistentes que se encontraban extasiados y rendidos ante la banda.

 

Con un sonido magistral y una experiencia que se notaba en cada sonido que lanzaban la noche siguió su curso con canciones como “Dance and dense denso” y “Mátate tete” pero todo subió de volumen cuando su más icónica canción “Frijolero” puso a recordar aquel año 2003 cuando salió a la luz marcando un antes y después para la banda. “Más vale cholo”, “Hit me”, “Cerdo” anunciaban ya el pronto desenlace de la noche que en distintos momentos algunos fans tuvieron la oportunidad de subir al escenario para acompañar a sus adorados músicos.

 

Después de más de hora y medio de auténtico “power mexicano” el concierto llegó a su fin y fueron “Marciano”, “Puto” y “Rastamandita” donde una decena de mujeres se adueñaron del escenario para moverse al ritmo de la música antes sin no desaprovechar la oportunidad para tomarse fotos con la banda. “Muchas gracias, esto fue Molotov” así se despidieron dejando a todos los asistentes afónicos y completamente complacidos.

#YaEsHora Actrices se manifestaron con un pañuelo rojo en la muñeca para pedir por que haya igualdad en las condiciones de trabajo dentro de la industria del cine mexicano, además de que se eliminen actitudes machistas en su entorno de trabajo, esto duran

 

Entre manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres y la urgencia de apoyar el arte y la cultura nacional, se llevó a cabo la 61 entrega de los Premios Ariel, cuyos máximos galardones fueron para la película “Roma”, de Alfonso Cuarón.

La fiesta del cine nacional estuvo encabezada por los representantes de la industria, que con entusiasmo defendieron los derechos de las mujeres, así como el apoyo del Estado para la creación artística, pues aseguraron que el cine, como otras artes, da la cara por México en el extranjero.

Tras la alfombra roja, cerca de 50 mujeres, entre actrices, productoras, guionistas y directoras levantaron el puño izquierdo, en el cual tenían atado un paliacate color rojo, a fin de lanzar la iniciativa #YaEsHora, que busca visibilizar a todas las mujeres relacionadas con el quehacer cinematográfico en México.

Ante los medios de comunicación, actrices como Yalitza Aparicio, Marina de Tavira, Johanna Murillo, Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti y Mariana Arriaga, entre otras, apoyaron esta iniciativa de género, que buscará hacer cumplir ejes como la apropiación de espacios libres de violencia, igualdad y paridad en el terreno del cine y el audiovisual, y mayor inclusión de narrativas de mujeres.

Este discurso fue reforzado cuando la actriz Marina de Tavira subió al estrado a recibir el Ariel a Mejor Coactuación Femenina. Además de reconocer la labor de las mujeres que enfrentan solas la maternidad, invitó a todos y a todas a fortalecer las paternidades y a fomentar el respeto hacia las mujeres desde la infancia.

Otras mujeres distinguidas durante la ceremonia del Ariel fueron la guionista Paz Alicia Garciadiego (Ariel de Oro), la actriz Ilse Salas (Ariel a Mejor Actriz), la cineasta Lila Avilés (Ariel Mejor Ópera Prima) y a la actriz y directora Ángeles Cruz (Mejor Cortometraje Ficción), entre otras.

Uno de los discursos más sobresalientes en torno a los recortes presupuestales a la cultura en la actual administración, fue el del reconocido cineasta Arturo Ripstein, quien expuso:

“No hay crecimiento sin cultura, no hay desarrollo sin cultura, no hay democracia sin cultura. La cultura en su sentido más estricto y riguroso, es la única opción que tenemos para enfrentar a la barbarie”.

Ripstein tomó el micrófono por espacio de cinco minutos para destacar los valores de la cultura y principalmente del cine. Aseguró que es un deber del Estado proveer recursos para la cultura y las artes, “nosotros, los que hacemos cine, le hemos dado rostro e identidad a nuestro mundo y a nuestros contemporáneos.

“Necesitamos seguir haciendo cine y con éste tener nombre, voz, semblante. El cine no es un bien prescindible al que se le tomará en cuenta cuando vengan tiempos mejores, porque cuando pensemos que han llegado esos tiempos ya habremos perdido el rostro, la voz y el alma”, sentenció.

En su oportunidad, el presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC), Ernesto Contreras, ofreció un mensaje contundente a los encargados de dirigir México.

“Hoy vemos con preocupación los drásticos recortes en los presupuestos de las instituciones y las políticas públicas que no sólo han sido fundamentales para la cultura mexicana contemporánea, sino que han contribuido, incluso, al ejercicio democrático.

“La cultura no es un gasto. No es un adorno, no es un bien prescindible. Es una inversión a largo plazo. Los creadores no somos el enemigo. Queremos contribuir a la construcción de un nuevo y mejor México. Tenemos un compromiso con la realidad de este país adolorido y complejo, pero lleno de esperanza y de solidaridades”, expresó con contundencia.

Fueron varios los realizadores, actores y actrices, así como productores y demás hacedores de cine nacional, quienes expresaron su preocupación por las políticas públicas que le dan la espalda al desarrollo artístico de México.

Tal fue el caso del animador mexicano Luis Téllez, quien pugnó porque los apoyos para la creación artística no dejen de existir y sostuvo que gracias al Fondo Nacional para la Cultura y las Artes pudo escribir el guion de su corto “Viva el Rey”, por el que esta noche recibió el Ariel a Mejor Cortometraje Animado.

En la categoría de Mejor Corto Documental resultó ganador Carlos Morales por su trabajo “Sinfonía de un Mar triste”, mientras que Ángeles Cruz obtuvo el Ariel a Mejor Corto de Ficción por “Arcángel”, en el que actuó Noé Hernández, quien esta noche fue reconocido con el Ariel a Mejor Actor, pero por su trabajo en la película “Ocho de cada diez”.

Como era de esperarse, la película que más premios recibió fue “Roma”, que esta noche -cerró su ciclo luego de incluso ser multipremiada en los Premios Oscar- obtuvo Mejor Película, Dirección, Coactuación Femenina, Diseño de Arte, Edición, Efectos Especiales, Efectos Visuales, Fotografía, Guion Original y Sonido.

A esta buena acogida le siguió la cinta “Las niñas bien”, de Alejandra Márquez, que consiguió los premios a Mejor Actriz, Vestuario, Música Original y Maquillaje.

Otros reconocimientos fueron para el actor Leonardo Ortizgris, por su participación en “Museo” (Mejor Coactuación Masculina); Silvia Pasternac, Carlos Carrera y Fernando Javier León Rodríguez por “De la infancia” (Guion Adaptado); Carlos Carrera por “Ana y Bruno” (Largometraje Animación) y Alberto Arnaut por “Hasta los dientes” (Largometraje Documental).

Además de Cristina Gallegos y Ciro Guerra por “Pájaros de Verano” (Película Iberoamericana), y Benny Emmanuel, por “De la infancia” (Revelación Actoral).

La noticia se esparció por el mundo en cuestión de segundos: ¡Murió Michael Jackson!

El cantante sufrió un paro cardiorrespiratorio en su mansión de Holmby Hills, en Los Ángeles, California. Era la mañana del 25 de junio de 2009 cuando una llamada al 911 alertó a los servicios de emergencia. “¡Rápido, al hospital!”, urgieron los paramédicos al encontrar al cantante sin respiración, sin pulso.

Un enjambre de reporteros y camarógrafos se apostó en las afueras del Centro Médico Ronald Reagan a donde arribó la ambulancia a las 13:14 horas. La televisión transmitía en vivo y el azoro llegaba hasta la redacción de este diario, donde todo era un intenso movimiento al pendiente de lo que ocurría.

 

El Rey del pop fue declarado muerto a las 14:26 horas, sumiendo en la pesadumbre a propios y extraños. El dolor se apoderó de los millones de fans del cantante y bailarín que, con el alma crispada, se mostraban necios a aceptarlo. 

Sucedió hace 10 años. ¡Una década sin el Rey del pop!, escribirán los diarios hoy al recordar al controvertido astro que cautivó a las masas con su manera de actuar, su arte, su estilo, su baile y su canto, su música; todo en un conjunto de cualidades que revolucionó a la industria del entretenimiento a partir de la década ochentera del siglo XX, cuando el artista obtuvo status de gran estrella.

Sí, aquel día había muerto el excéntrico cantante negro que padecía vitíligo, aunque sus detractores, que eran muchos, lo acusaban de renegar de su color y aseguraban que se blanqueaba la piel con dinero; aquel día falleció el hombre que fue acusado de abuso de menores, el millonario que adquirió el catálogo musical de Los Beatles, el amante que se casó con la hija de Elvis Presley, el filántropo que organizó la reunión de estrellas en USA for África y coescribió el tema We are the world; esa tarde dejó de existir Michael Joseph Jackson, el récord Guinness que, hasta la fecha, es considerado el artista pop más exitoso de todos los tiempos.

 

Tan sólo su álbum Thriller, de 1982, figura como el más vendido de la historia, con 65 millones de copias alrededor del mundo y su otro álbum, Bad, de 1987, es el primero en tener cinco sencillos en el número uno en las listas de Billboard.

 

 

 

 

 

 

En 1985, el guionista y productor de Hollywood, James L. Brooks, contrató a un guionista llamado Matt Groening para que dibujara una pequeña serie de animación para The Tracey Ullman Show. El 19 de abril de 1987, se vio el primer corto animado que comenzaba una revolución inimaginable en el mundo de la comedia.

 

El resultado de tal acercamiento se materializó en Los Simpson, con el lanzamiento del primer episodio el 17 de diciembre de 1989 en un programa especial para Navidad. Después de casi 25 años, la serie sigue vigente y es una de las más exitosas del mundo. Este domingo la serie llega a Latinoamérica con su temporada número 30.

 

Groening nació en Portland, en 1954, y curiosamente coincide con la edad de Homero, el papá de la familia amarilla, que se muestra en uno de los capítulos en el que según el permiso de conducir dice que mide 1.76 centímetros, pesa 108 kilos, tiene ojos azules, es calvo y nació el 12 de mayo de 1954, el mismo año que Groening.

 

Tras estudiar Bellas Artes en Washington, se mudó a Los Ángeles para intentar convertirse en escritor. Trabajó como repartidor de pizzas y en una tienda de discos durante un par de años, mientras publicaba una tira cómica semanal llamada Life in ­Hell en varios fanzines ­amateurs, hasta que la popularidad entre el mundillo underground de la ciudad llamó la atención del periódico Los Angeles Reader.

 

“Mi vida es genial, porque tengo que sacar adelante dos series, Los Simpsons y Futurama, así que puedo decirle a cualquiera de los dos grupos de trabajo que estoy con el otro e irme a casa. Le echo muchas horas, sí, pero quiero tener una vida equilibrada y disfrutar de algo de tiempo para estar con mi familia y con mis hijos”, expresó Matt Groening el año pasado en una entrevista con el diario El Mundo.

 

La serie es una sátira de la sociedad estadunidense que narra la vida y el día a día de una familia de clase media de ese país (cuyos miembros son Homero, Marge, Bart, Lisa y Maggie Simpson), quienes viven en un pueblo ficticio llamado Springfield, que curiosamente está inspirado en uno del mismo nombre que se ubica cerca de Portland, en Oregon, donde Matt creció y que el mismo autor reveló en noviembre del 2013.

 

“La serie es una combinación entre mis amigos, mi propia vida y la cantidad de horas que he pasado viendo la televisión. En parte, Los Simpson están inspirados en las sitcoms que me tragué mientras crecía. De pequeño me preguntaba por qué en la series no salía nunca un niño realmente malo. Ésa fue la principal inspiración para crear a Bart, luego fueron llegando los demás”, comentó.

 

“Yo solía ser como Bart, pero cada año que pasa me parezco más a Homero. La verdad es que hay un poco de mí en cada uno de los personajes”, agregó en la entrevista realizada con el motivo de los 500 capítulos transmitidos de la serie de televisión.

 

Legendarias figuras del rock y del pop como Aerosmith, Britney Spears y Sting, entre otros; estrellas de Hollywood como Jack Lemmon, Mickey Rooney, Daniel ­Radcliffe y Reese Witherspoon; talentos de la comedia de la talla de Ricky Gervais, Paul Rudd, Ellen DeGeneres y Jonah Hill, e íconos del deporte como las hermanas Serena y Venus Williams, Ronaldo o Joe Frazier, prestaron sus voces para esta serie como invitados especiales en los capítulos.

 

“Hay cosas o situaciones en las que no encontramos la manera de ser graciosos y las obviamos. Si vemos que nos cuesta mucho provocar la comicidad con algo peliagudo, lo olvidamos. Nuestra meta no es sermonear o ponernos serios. South Park, por ejemplo, utiliza un humor extremo que a nosotros nos encanta, pero no nos interesa seguir ese camino”, explicó Matt Groening.

 

Durante los episodios también se han hecho homenajes a películas entre las que se encuentran Paranomal Activity, Regreso al futuro, Apocalypto, Cisne negro, Avatar, Alien, Watchmen, Master and Commander, Crepúsculo, Nosferatu, Sweeny Todd, Soy leyenda, Recuerda, Los pájaros, Transformers, E.T. el extraterrestre, Señor y señora Smith, entre otras.

 

La generación S. La agencia norteamericana Nimbly realizó un estudio cualitativo en Argentina, Brasil y México para entender a los fanáticos de la serie. Las entrevistas fueron hechas en octubre de 2018, con espectadores hombres y mujeres de entre 18 y 50 años, y revelaron la existencia de una nueva generación que se integra a las de los Baby Boomers, X, Y y Z y, además, abarca a varias de ellas en un fenómeno que llamaron la Generación S.

 

Lo que une a los seguidores, según esta investigación, es “un sentido del humor absurdo. Un tanto intelectual —stupid smart— y alimentado por el más puro y resistente material simpsoniano: referencias, códigos y chistes internos”. Esta generación conoce todas las frases más clásicas de Homero y se sienten identificados con todo aquel que las menciona en una reunión. Claramente, todos ellos, conforman esta fraternidad que reúne a los seguidores de la Generación Simpson.

 

Esta nueva temporada llega en medio de la integración de Fox a Disney, lo que podría hacer efectiva la profecía que en el 2016 hizo Homero Simpson en uno de los episodios donde aparecía contestando las preguntas al aire que la audiencia realizó por teléfono y a través de las redes sociales. “Este es el último capítulo de Los Simpson”, dijo el patriarca de la popular familia amarilla y agregó “es una broma, Los ­Simpson jamás terminará”.

Con la emisión de un capítulo doble, esta noche llegará a su final The Big Bang Theory, una serie que rompió esquemas en la televisión al combinar la ciencia y la comedia en un mismo lugar. Tras 12 temporadas, la producción estelarizada por Jim Parsons, Johnny Galecki, Kunal Nayyar, Simon Helberg y Kaley Cuoco se despedirá de sus fans a las 21:00 horas por Warner Channel.

 

Sheldon y Leonard son dos amigos amantes de la tecnología, pero también de los cómics y la cultura pop. ¿Qué podría salir mal? Todo, si consideramos que son unos inexpertos en las relaciones amorosas y al departamento de frente se ha mudado una atractiva rubia llamada Penny que también cautiva a sus otros amigos, Howard y Raj; entonces el caos y las situaciones cómicas comienzan.

 

 

 

La serie fue madurando a lo largo de su historia, incluyendo nuevos personajes y alargando los arcos dramáticos de sus estelares. Algunos se casaron, otros tuvieron hijos, amistades se fragmentaron y se volvieron a unir y el deseo de ganar el Premio Nobel para Sheldon y Amy, su ahora esposa, continuó hasta el último capítulo que podrá verse esta noche.

 

The big bang theory empezó como una idea de Chuck Lorre, creador de otros programas como Two and a half men, El método Kominsky, Mike y Molly o Mom, que después fue desarrollada con dos pilotos que llegaron a la cadena estadounidense CBS a inicios de 2006. Esa idea se convirtió en un fenómeno que ahora concluye tras 12 temporadas y que ha dejado varias marcas indelebles en la historia de la televisión.

 

La serie se convirtió en una de las más exitosas al mantener un nivel de audiencia de entre 12 y 14 millones de espectadores durante todos sus episodios. En consecuencia sus actores se volvieron los mejores pagados de la televisión. Tan sólo en 2018, en el top cinco de Forbes destacaban los cuatro protagonistas de la serie, encabezados por Jim Parsons que ganó 26.5 millones de dólares ese año.

 

Pero no sólo el público recibió gratamente la serie, la crítica fue clave para su trascendencia. The Big Bang Theory consiguió 52 nominaciones a los premios Emmy ganando diez de ellos. Además, en 2011 Jim Parsons se llevó el Globo de Oro en la categoría de Mejor Actor en una Serie de Televisión de Comedia por su trabajo en esta serie.

 

Antes de despedirse, The Big Bang Theory rompió otro récord, pues se convirtió en la serie de comedia no animada de mayor duración en la televisión estadounidense. La producción de CBS sumó 280 episodios, dejando atrás a Cheers, que mantenía ese récord con 271 episodios que concluyeron en 1993.

 

Pero su trascendencia va más allá de los números. Aunque The Big Bang Theory tenía la misma estructura que otros sitcom como Friends, donde los personajes son vecinos y conviven en un espacio en común, la serie cautivó al público por retratar el estereotipo del nerd, no sólo aficionado a la ciencia, sino especialista en la cultura pop de ciencia ficción.

 

Otro de sus aciertos fue la inclusión de estrellas invitadas, donde participaron incluso algunas figuras de la ciencia como el propio Stephen Hawkins, George Smoot, Brian Greene, Buzz Aldrin o iconos como Carrie Fisher, Adam West, Stan Lee o Mark Hamill.

 

La crítica coincide en que gran parte del éxito de la serie tuvo que ver con la química entre el elenco, mismo que quedó constatado cuando todos ellos plasmaron sus manos en el Paseo de la Fama de Hollywood hace solo un mes, frente al Teatro Chino de Los Ángeles, dejando así otra marca que nunca se podrá borrar.

Cuando John Carpenter estrenó The thing en 1982, la película recibió una mala crítica detrás de otra. Este miércoles, el estadunidense se presentó en Cannes como un cineasta consagrado, contento de que la proyección de su filme en el festival de cine compense unas críticas que nunca comprendió.

“La gente la odió y nunca entendí porqué. Pensé que mostrarlo en Cannes sería una increíble revancha”, dijo en una clase maestra cuyo público le ovacionó, de pie, antes incluso de que la sesión comenzara. 

 

 

Carpenter acudió al certamen francés para recibir la Carroza de Oro, un homenaje del gremio que la sección paralela Quincena de Realizadores otorga a cineastas que han marcado la historia del cine por su independencia, ambición y audacia.

Ser director y poder vivir de ello, aseguró a sus 71 años, siempre fue su sueño. Desde Revenge of the colosal beasts, primer corto que filmó, en 1962, acumula cerca de 30 títulos, incluida una saga, Halloween, que contribuyó a alzarle como leyenda del terror.

“Todo lo que me interesa es escuchar gritos. Cuando hice The thing sentí que había una regla tácita en Hollywood en la que si haces una película de horror tienes que poner los monstruos en la oscuridad, que no deben verse directamente, y yo hice lo contrario, me dije que hay que verlos para creer que existen”, destacó.

Carpenter prefiere ir por la libre: “No encajo en los estudios. Hay un círculo de fiestas en el que nunca estuve cómodo. En mi escuela de cine nos dijeron que teníamos que pelear por nuestra visión. Los estudios no entendían por qué era importante para mí. Es mi película, no la suya. Quiten sus manos de encima”.

Entre esas colaboraciones destaca su mano a mano con Ennio Morricone, que le firmó la música de The thing: “Él no sabía inglés ni yo italiano, así que hablamos en el lenguaje de la música”.

Y, desde la veteranía, prefirió no juzgar a quienes lo han sucedido. El género puede que haya evolucionado, señaló, pero “sigue intentando asustar a la gente. Cada generación rehace el terror en su propio lenguaje”.

Carpenter, no obstante, hace años que ha cambiado la claqueta por la música electrónica: “Me enamoré del cine cuando era realmente joven y es un romance para toda la vida, pero ahora tengo otra carrera en la música”, concluyó admitiendo que aunque desde pequeño supo que su mundo sería el cine, en el fondo “todo niño quiere ser una estrella del rock”.

Los seres humanos somos zombies que nos dejamos arrastrar por la sociedad consumista en un mundo en el que la destrucción de la naturaleza es imparable. Eso es lo que Jim Jarmusch explicó ayer en Cannes de su filme The dead don’t die, una comedia metafórica que compite por la Palma de Oro.

Aunque parezca una divertida parodia del género de zombies y sea un particular homenaje a George Romero, en realidad lo que Jarmusch ha querido hacer con su filme es denunciar el “declive de la naturaleza a un ritmo sin precedentes”. 

 

 

“Es aterrador”, aseguró Jarmusch en rueda de prensa. “Es esa especie de ineptitud a hacer frente a ese declive que afecta a todos los seres vivos, eso es lo que me perturba y me da miedo”, agregó.

Con una llamativa camisa naranja, el pelo revuelto y cara de no haber roto un plato en su vida, Murray hablaba poco, pero sentenciaba.

“Hacer películas es una actividad mucho más peligrosa de lo que se puede imaginar. Tenemos pinta de estar en forma, pero cuando pensamos por los peligros que hemos corrido hoy solo para entrar en este edificio”.

Y abundó con los riesgos de su profesión: “hay que ser consciente de que cada día del rodaje puede ser el último. Así es como yo trabajo”.

Finalmente Tilda Swinton destacó que hay muchas mujeres en las escuelas de cine pero que les cuesta mucho entrar en ellas y es por ahí por donde hay que empezar. Y también por comprar entradas para ver cine realizado por mujeres. “Simplemente tenemos que tomar conciencia”.

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BANNERS DERECHA