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Miércoles, 08 Febrero 2017 23:12

TODAS LAS UNIVERSIDADES EN MÉXICO DEBERÍAN TENER DEFENSORÍAS

Ciudad de México.- Todas las instituciones de educación superior (IES) en México deberían contar con defensorías universitarias, pues éstas tienen dos labores fundamentales: prevenir y solucionar conflictos, consideró el doctor Alfredo Sánchez Castañeda, defensor de Derechos Universitarios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

 

En la conferencia "La importancia de las defensorías universitarias", realizada en la Universidad Iberoamericana Ciudad de México a través de su Procuraduría de Derechos Universitarios, Sánchez explicó que de manera general las defensorías universitarias velan porque se respete la legalidad dentro de las IES, y protegen los derechos de estudiantes, profesores y personal administrativo.

 

“Las defensorías nacieron para que se respete la legalidad ante actos inadecuados de autoridades, profesores e incluso estudiantes”. Sin embargo, precisó: “Las defensorías se encargan de defender derechos universitarios; no se encargan per se de defender alumnos o profesores”. Por lo que “si alguien siente que le fue vulnerado un derecho, puede acudir a la defensoría, la que señalará si hubo o no vulneración de un derecho (universitario)”.

 

Al describir el funcionamiento de las defensorías, el doctor mencionó que en el caso de una posible violación a un derecho universitario puede presentarse una queja ante la defensoría, que pedirá información a la autoridad universitaria para saber si lo que está afirmando el quejoso es cierto o no. Y en función de la información que proporciona la autoridad y lo que se pregunta al quejoso la defensoría tiene la posibilidad de emitir una recomendación.

 

“El deber fundamental del defensor es ayudar a la resolución de conflictos”; o mejor aún, resolver cuasi conflictos, es decir, antes de que éstos se presenten.

 

Defensorías tutelan normatividad universitaria

 

El Mtro. Jaume Benaloy Marco, secretario general y coordinador de la Defensoría Universitaria de la Universidad Católica Los Ángeles de Chembote (Perú), también destacó la importancia de la existencia de las defensorías “porque siempre es conveniente que haya una institución que tutele el cumplimiento de la normatividad vigente dentro de una universidad, y por ende, que salvaguarde los derechos de todos los miembros de la comunidad universitaria”.

 

Para dar con la verdad en una queja ante la defensoría universitaria, ésta recabará  todos los datos posibles para poder confrontar qué ha sucedido y ver si realmente se está incumpliendo algún deber o responsabilidad. “La defensoría siempre va a proceder a investigar más allá de las evidencias que puedan aportar los usuarios”. De ser cierto el reclamo, se procederá a tomar medidas pertinentes.

 

Un punto importante que destacó Benaloy es que las defensorías no tienen capacidad de resolver ni de sancionar. “Simplemente recogen la información, la investigan y hace recomendaciones”; mismas que se emiten a las personas que incurren en faltas, para que dejen de actuar de cierta forma, aquella que violó la normatividad.

 

“También pueden hacer una recomendación a las autoridades si es que es una falta tipificada en el reglamento de disciplina universitaria, para que si lo considera procedente, se abra un proceso  sancionador”. Ese proceso sancionador igualmente se abre en el caso de que el quejoso haya presentado información que no es veraz.

 

El maestro agregó que en su proceder, las defensorías siempre tienen que actuar con confidencialidad  y prudencia. Su labor es un ejercicio de mediación que no busca judicializar los conflictos, al contrario, intenta resolverlos lo más pronto posible. “Se trata de resolver los conflictos que puedan darse dentro del ámbito universitario, precisamente para evitar tener que ir a organismos extrauniversitarios”, como puede ser acudir ante juzgados, pues “las universidades tienen que ser lugares de encuentro con la paz”.

 

Su imparcialidad da mayor credibilidad a las defensorías, que no están a favor ni en contra de los estudiantes, ni resto de miembros de la comunidad universitaria a quienes defiende. En tanto que la inmediatez es una característica importante de las defensorías, con el fin de dar resolución a los casos en poco tiempo.

 

Más allá de una nota negativa, “una queja ante la defensoría es un regalo”, que ciertamente incomoda por ser un problema para la universidad, pero también es una forma de identificar oportunidades de mejora en el funcionamiento de la IES, para que su servicio educativo sea de mayor calidad.

 

Pero “no se pueden exigir derechos si no se cumplen los deberes. Por eso la defensoría tiene que exigir que se cumpla la normatividad. Mis derechos terminan donde empiezan los de otros. No se puede sólo exigir sin exigirnos. No se pueden exigir nuestros derechos sin ser cumplidores de nuestros deberes. Exigir implica también exigirse. La defensoría tiene que ver las dos cosas, derechos y deberes”.

 

La defensoría universitaria en la IBERO

 

En la Universidad Iberoamericana Ciudad de México las funciones de la defensoría universitaria corren a cargo de la Procuraduría de Derechos Universitarios, que proporciona asesoría sobre la normatividad que emana del Estatuto Orgánico; además de investigar las quejas, formular recomendaciones y poder turnar los mismos al Tribunal Universitario.