El abridor Madison Bumgarner lanzó cinco entradas, pero como relevista, sin permitir anotación y el tercera base venezolano Pablo Sandoval anotó la carrera del triunfo que lograron los Gigantes de San Francisco por 3-2 ante los Reales de Kansas City en el séptimo partido de la Serie Mundial y se proclamaron nuevos campeones.
Los Gigantes ganaron el tercer título del Clásico de Otoño en cinco años, y Bumgarner (3-0), que mantuvo el invicto en las tres participaciones que tuvo en la Serie Mundial (5-0), consiguió el premio de Jugador Más Valioso (MVP).
Los antecedentes remaban en contra de los Gigantes, con el recordatorio que habían transcurrido más de tres décadas desde la última vez que un equipo —los Piratas de Pittsburgh— se coronó ganando el séptimo juego en estadio ajeno.
En un duelo en el que ambos abridores no duraron nada en el montículo, los mánagers Bruce Bochy y Ned Yost protagonizaron un mano a mano con su bullpens.
Y Bochy tenía la mejor arma a su disposición, la del espigado zurdo de 25 años que se anotó su tercera victoria de esta Serie Mundial.
Bumgarner, que salió a la lomita en el quinto episodio, cedió sólo dos imparables y abanicó a cuatro bateadores rivales después de realizar 68 lanzamientos y colocar 50 en la zona del strike.
Como signo de exclamación de una de las actuaciones más brillantes en la historia de la postemporada, Bumgarner retiró a 14 bateadores de manera consecutiva con apenas dos días de descanso.
Sólo se llevó un susto para sacar el último out. Luego que el jardinero central Gregor Blanco pifió al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon, Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul al tercera base Pablo Sandoval para el out número 27.
Sandoval se convirtió en la gran figura del bateo oportuno y productivo de los Gigantes al estar perfecto de 3-3 con dos carreras anotadas, que le permitieron concluir la serie con .429 de promedio de bateo, el más alto del equipo.
El toletero venezolano anotó la carrera del triunfo en la parte baja de alta de la tercera entrada con sencillo impulsador del bateador designado Michael Morse que también fue decisivo al irse de 2-1 y dos carreras producidas.
Luego que el jardinero central Gregor Blanco pifió al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon, Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul al tercera base Pablo Sandoval para el último out, con el que también el Kungfu Panda logró tres títulos.
Sandoval se tiró de espaldas sobre la gramilla. Bumgarner y Posey se fundieron en un abrazo en el montículo para iniciar el festejo de todo el equipo.
En el que quizás fue su último juego con los Gigantes, el venezolano Sandoval terminó la serie con promedio de .429 y fijó un récord con 26 hits en una misma postemporada, puede declararse agente libre en los próximos días.
Los Gigantes salieron campeones en 2010 al vencer en cinco juegos a Texas, conquistando su primer título desde 1954 en Nueva York. Dos años después, barrieron a los Tigres para el siguiente título.
Con un patrón de crecerse en los años pares, los Gigantes se convirtieron en el segundo equipo de la Liga Nacional que gana tres títulos en un lapso de cinco años, igualando a los Cardenales de San Luis de 1942-46.
BUMGARNER, EL MVP
Tres días después de lanzar una blanqueda de cuatro hits, con 117 pitcheos para ganar el quinto juego, Madison Bumgarner, quien nrecibio el premio al Jugador Más Valioso, amansó con facilidad pasmosa los bates de los Reales.
Una noche antes, luego de la derrota 10-0 que niveló la serie, Bumgarner se burló de los comentarios sobre los límites de lanzamientos que imperan en la actualidad. Tiró 68 ayer para dejar en un ínfimo 0.25 su efectividad de por vida en el clásico, lo cual es un récord.
“En este momento no me siento nada cansado. Acabamos de ganar la Serie Mundial”, dijo Bumgarner. “Es difícil sentirse cansado en este instante. Probablemente mañana lo estaré”.
Bumgarner ganó por tercera vez en la Serie Mundial para convertirse en el primer pitcher en hacerlo desde que Randy Johnson lo logró en 2001.
Después de llevarse la victoria en el primer partido de la serie ante los Reales con una labor impresionante en siete innings, Bumgarner blanqueó al rival en el quinto encuentro. Y cuando los Reales extendieron la Serie a un duelo decisivo, no había duda de que el chico llamado MadBum sería enviado al montículo una vez más.
¿Pero cinco innings? ¿Quién lo habría imaginado?
“Innings, no pensaba en innings ni en conteo de lanzamientos. Sólo pensaba en sacar outs, y seguir sacando outs hasta que ya no pudiera hacerlo y necesitáramos a alguien más”, dijo Bumgarner. “Afortunadamente logramos sacar algunas entradas rápido y pude mantenerme en el juego”.El abridor Madison Bumgarner lanzó cinco entradas, pero como relevista, sin permitir anotación y el tercera base venezolano Pablo Sandoval anotó la carrera del triunfo que lograron los Gigantes de San Francisco por 3-2 ante los Reales de Kansas City en el séptimo partido de la Serie Mundial y se proclamaron nuevos campeones.
Los Gigantes ganaron el tercer título del Clásico de Otoño en cinco años, y Bumgarner (3-0), que mantuvo el invicto en las tres participaciones que tuvo en la Serie Mundial (5-0), consiguió el premio de Jugador Más Valioso (MVP).
Los antecedentes remaban en contra de los Gigantes, con el recordatorio que habían transcurrido más de tres décadas desde la última vez que un equipo —los Piratas de Pittsburgh— se coronó ganando el séptimo juego en estadio ajeno.
En un duelo en el que ambos abridores no duraron nada en el montículo, los mánagers Bruce Bochy y Ned Yost protagonizaron un mano a mano con su bullpens.
Y Bochy tenía la mejor arma a su disposición, la del espigado zurdo de 25 años que se anotó su tercera victoria de esta Serie Mundial.
Bumgarner, que salió a la lomita en el quinto episodio, cedió sólo dos imparables y abanicó a cuatro bateadores rivales después de realizar 68 lanzamientos y colocar 50 en la zona del strike.
Como signo de exclamación de una de las actuaciones más brillantes en la historia de la postemporada, Bumgarner retiró a 14 bateadores de manera consecutiva con apenas dos días de descanso.
Sólo se llevó un susto para sacar el último out. Luego que el jardinero central Gregor Blanco pifió al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon, Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul al tercera base Pablo Sandoval para el out número 27.
Sandoval se convirtió en la gran figura del bateo oportuno y productivo de los Gigantes al estar perfecto de 3-3 con dos carreras anotadas, que le permitieron concluir la serie con .429 de promedio de bateo, el más alto del equipo.
El toletero venezolano anotó la carrera del triunfo en la parte baja de alta de la tercera entrada con sencillo impulsador del bateador designado Michael Morse que también fue decisivo al irse de 2-1 y dos carreras producidas.
Luego que el jardinero central Gregor Blanco pifió al tratar de recoger un sencillo bateado por Alex Gordon, Bumgarner forzó a Salvador Pérez a que elevara de foul al tercera base Pablo Sandoval para el último out, con el que también el Kungfu Panda logró tres títulos.
Sandoval se tiró de espaldas sobre la gramilla. Bumgarner y Posey se fundieron en un abrazo en el montículo para iniciar el festejo de todo el equipo.
En el que quizás fue su último juego con los Gigantes, el venezolano Sandoval terminó la serie con promedio de .429 y fijó un récord con 26 hits en una misma postemporada, puede declararse agente libre en los próximos días.
Los Gigantes salieron campeones en 2010 al vencer en cinco juegos a Texas, conquistando su primer título desde 1954 en Nueva York. Dos años después, barrieron a los Tigres para el siguiente título.
Con un patrón de crecerse en los años pares, los Gigantes se convirtieron en el segundo equipo de la Liga Nacional que gana tres títulos en un lapso de cinco años, igualando a los Cardenales de San Luis de 1942-46.
BUMGARNER, EL MVP
Tres días después de lanzar una blanqueda de cuatro hits, con 117 pitcheos para ganar el quinto juego, Madison Bumgarner, quien nrecibio el premio al Jugador Más Valioso, amansó con facilidad pasmosa los bates de los Reales.
Una noche antes, luego de la derrota 10-0 que niveló la serie, Bumgarner se burló de los comentarios sobre los límites de lanzamientos que imperan en la actualidad. Tiró 68 ayer para dejar en un ínfimo 0.25 su efectividad de por vida en el clásico, lo cual es un récord.
“En este momento no me siento nada cansado. Acabamos de ganar la Serie Mundial”, dijo Bumgarner. “Es difícil sentirse cansado en este instante. Probablemente mañana lo estaré”.
Bumgarner ganó por tercera vez en la Serie Mundial para convertirse en el primer pitcher en hacerlo desde que Randy Johnson lo logró en 2001.
Después de llevarse la victoria en el primer partido de la serie ante los Reales con una labor impresionante en siete innings, Bumgarner blanqueó al rival en el quinto encuentro. Y cuando los Reales extendieron la Serie a un duelo decisivo, no había duda de que el chico llamado MadBum sería enviado al montículo una vez más.
¿Pero cinco innings? ¿Quién lo habría imaginado?
“Innings, no pensaba en innings ni en conteo de lanzamientos. Sólo pensaba en sacar outs, y seguir sacando outs hasta que ya no pudiera hacerlo y necesitáramos a alguien más”, dijo Bumgarner. “Afortunadamente logramos sacar algunas entradas rápido y pude mantenerme en el juego”.