Al menos llegarán en igualdad de circunstancias. No será el Combate del Siglo ni mucho menos, con dos peleadores entrando en la parte final de sus respectivas carreras, está noche en el Grand Garden del Hotel MGM en Las Vegas, Manny Pacquiao y Floyd Mayweather Junior finalmente serán los protagonistas de una pelea que se esperaba se hubiera realizado hace al menos 4 años, pero que por las más insólitas razones fue pospuesto hasta esta fecha.
Lo de menos es si estará en disputa el campeonato mundial de peso welter en sus versiones del Consejo y la Organización Mundial de Boxeo, o si habrá un cinturón que vale más de un millón de dólares en juego. El morbo es lo que ha convertido el combate de esta noche en uno de los eventos deportivos más esperados de la historia, precisamente por esa serie de posposiciones absurdas y que será seguida en prácticamente todo el mundo, pues la señal de televisión se ha vendido a un récord de 178 países se presume será alcanzada por casi 800 millones de personas. Sin duda, uno de los muchos récords que marcará esta confrontación.
El mundo entero se ha deslumbrado de que lo que fue capaz de generar esta promoción que convertirá a Mayweather y Pacquiao, en los peleadores que más dinero hayan ganado en la historia de este deporte, eclipsando a legendarias figuras como Mohamed Ali, Mike Tyson, Lenox Lewis, Ray Leonard, Oscar de la Hoya y Félix Trinidad, quienes en su momento recibieron bolsas estratosféricas. Pero esto está más allá de los sueños de cualquier simple mortal. El camino que abrió el Golden Boy al incorporarse como socio en la promoción de sus propias desencadenó una fiebre que ha alcanzado estas dimensiones bíblicas.
En lo boxístico, Mayweather, dueño de un estilo iniciado por peleadores como su tío Roger Mayweather, el campeón olímpico Pernell Whitaker, que profesa la defensa a ultranza y la velocidad y la oportunidad combinados, es señalado como favorito 2-1 en Las Vegas para llevarse la victoria, quizá más por popularidad, que por una realidad inobjetable que señala que de aquella esteta boxística que deslumbró al mundo hace al menos un lustro, quedan más fama y cenizas que un boxeador de altísimo nivel.
Señalado en repetidas ocasiones por ser un mal competidor, mañoso, oportunista, tramposo, Mayweather sin embargo se convirtió en el objeto deportivo más caro de la historia, y luego del fracaso promocional evidente que significó para la Cadena Showtime, que ha perdido cientos de millones de dólares en sus peleas, entendió que no habría otra forma de hacer el negocio rentable, que enfrentar al hombre que rompió récords y destruyó leyendas en los últimos años, pero que como el propio Floyd, está en la decadencia de su carrera. Pero no importa. El público ha comprado el evento.
Paquiao, quien suma dos victorias luego de sus derrotas ante Tomothy Bradley el estrepitoso nocaut ante el mexicano Juan Manuel Márquez, no ha perdido en cambio, el toque mágico, y al conjuro de su nombre, el mundo entero se rindió ante la posibilidad de verlo, finalmente, enfrentar a Mayweather y constituirse en ese mismo momento, en la única esperanza que tienen los millones de detractores del otrora “PrettyBoy”, de que alguien detenga su marcha a la polémica inmortalidad que le han garantizado el manejo de su carrera y las circunstancias.
Por ser zurdo, pareciera que Pacman tiene la ventaja, aunque también esa sea su principal debilidad, porque quedará muy cerca de la mano derecha de Mayweather, quizá la única arma real que conserva el moreno norteamericano.
Pacquiao, en medio de las circunstancias, parece ser la víctima del evento, aunque seamos pocos los que hayamos considerado que justamente en el boxeo, los estilos mandan, y no la fama o incluso las condiciones boxísticas y físicas. Son los más los que creen que Mayweather ganará una amplia decisión, restándole posibilidades al trepidante y desenfrenado estilo del filipino, quien, aunque por esa razón fue noqueado brutalmente por Márquez, se yergue hoy, quizá como el único boxeador de esta generación con posibilidades de noquear a Mayweather.
A pesar de su récord invicto de 47 peleas sin derrota, sólo 26 fueron por la vía rápida, y Mayweather sabe que, como en su momento el mexicano José Luis Castillo, el boricua Miguel Cotto, el norteamericano Zab Judah y más recientemente el argentino Marcos Maidana, su rival podría causarle daños que finalmente le cuesten su aureola de invicto.
Pacquiao, parece menos ocupado de hacerse de un lugar en la historia, y con un record que impresiona más, por abultado y por la envergadura de sus rivales, llega con marca de 57 victorias, 5 derrotas y 2 empates, con 38 victorias antes del límite.
Cualquiera que sea el resultado de esta noche, todo indica que habrá una segunda versión de esta confrontación en la nueva arena del MGM, que ya está prácticamente lista y ubicada apenas atravesando Las Vegas Boulevard y se que se presume será inaugurada con la revancha de estos boxeadores, en otro momento, los mejores y más dominadores del boxeo, pero cuyo final deportivo se acerca vertiginosamente. De cualquier forma, el morbo terminará dentro de unas horas.
Cumplen con la báscula
En medio de una gran fiesta tuvo lugar en el MGM Grand de Las Vegas el pesaje oficial de los dos mejores pugilistas de los últimos tiempos, el invicto Floyd Mayweather Jr. y el ídolo filipino Manny Pacquiao por los campeonatos mundiales peso welter del CMB, la AMB y la OMB.
Pacquiao fue el primero en subir a la báscula, registrando un peso de 145 libras (65.770 kg.) en medio de sonora ovación. Luego el Pretty Boy registró 146 libras (66.220 kg.) lo que no pasó desapercibido entre los 16,800 asistentes a la ceremonia.
La AMB anunció que se entregará al vencedor una estatuilla y un cinturón de oro y plata, mientras que la OMB dijo que el vencedor será elevado al estatus de supercampeón.