La historia del campeón acabó con el Ferrari Amarillo averiado en el Estadio Azteca. Con muchos caballos de fuerza en su motor, un chasis de lujo; pero con un piloto que no supo manejarlo y en la última curva se estrelló, dejando el camino libre para que el Pachuca cruzara primero la bandera a cuadros que lo lleva a las Semifinales del Clausura 2015.
Águilas y Tuzos ofrecieron un partido digno de Liguilla, con emoción de principio a fin, que mantuvo la adrenalina a tope durante los 97 minutos de juego. El ‘nido’ vibró. Esta vez los aficionados no se podrán quejar de haber disfrutado un gran espectáculo; ése que Gustavo Matosas prometió y que cumplió hasta el día de su eliminación.
Apenas a los seis minutos, tras una desconcentración defensiva azulcrema, los visiantes aprovecharon un saque de banda en el que Pizarro recibió, se quitó a un defensa y sirvió para Cristian Penilla, quien fusiló a Moisés Muñoz.
El panorama se complicó para los capitalinos cuando Paolo Goltz perdió la cabeza y se fue expulsado por una patada a Hirving Lozano. El campeón estaba contra la pared, pero revivió con un gol de chilena de Oribe Peralta (1-1) a dos minutos del descanso.
Con un hombre menos, el conjunto americanista estaba obligado a marcar otro gol, y lo encontró con un cabezazo de Pablo Aguilar (51’), pero al poco tiempo, Walter Ayoví, con un golazo (56’), silenció al Azteca, que seguía festejando el tanto del paraguayo.
El resto del partido transcurrió con América volcado al frente y con Pachuca jugando al contragolpe. La tensión estaba en su punto máximo: los aficionados azulcremas anhelaban un milagro y Michael Arroyo se los concedió con tiro libre, al mandar el balón a las redes, tras pegar en el poste (3-2, al 88’).
Parecía el final soñado, una remontada heroica estaba a punto de consumarse en el Coloso de Santa Úrsula. Sin embargo, Pachuca se lanzó con todo al frente y, luego de una serie de rebotes, Pablo Aguilar metió mano en el área. El árbitro señaló penalti, además de mostrarle la segunda amarilla para expulsarlo.
Darío Cvitanich se encargó de cobrar y terminar con el vuelo del campeón (92’) que, pese a tener nueve hombres nunca se rindió, y en un último intento, los Tuzos sepultaron el partido en un contragolpe: Cano decretó el 3-4 definitivo (96’), que dejó selló 5-7 global.