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Viernes, 22 Abril 2016 16:57

Aída… conquistadora de la vida

 

La mirada profundamente clavada en el blanco a más de 100 metros de distancia. La respiración contenida, el corazón a tope, el ritmo cardiaco haría estallar a cualquiera otro, son 180 pulsaciones por minuto… No, no es un problema para ella. Aída Román, la subcampeona olímpica mexicana de tiro con arco en Londres 2012 sabe como enfrentar sus miedos y sus retos… Venció a los primeros y se convirtió en conquistadora…

 

La cautivante sonrisa de la Aída Román en reposo contrasta dramáticamente con su seriedad a la hora de competir. Ha sido un largo camino antes de poder de decir que ha cumplido con su trabajo de cada día. Y cada día le ha proyectado a ser uno de los deportistas mexicanos más destacados de todos los tiempos. Una medalla de plata producto de dramático desempate en Londres no ha sido el punto para detenerse a la reflexión. “Cuando sabes que te has preparado, una medalla de plata no es una derrota, es una motivación enorme para al día siguiente, para prepararte mejor para la meta de ese nuevo día”, nos dice Aída en el campo de tiro acondicionado en las instalaciones del Comité Olímpico Mexicano.

 

Aída es producto de su ambición. “De ese sentimiento que me gusta, de sentirte que eres la mejor en lo que haces, es algo que te proyecta, que te empuja y te motiva. Yo siempre he querido ser la mejor en lo que hago, es algo que me inculcaron mis padres, ser la mejor estudiante, la mejor del equipo cuando hacía otros deportes, la mejor en lo que hagas…”

 

Pero la subcampeona olímpica, sin duda una de las grandes favoritas para conquistar el oro que se le escapó por sólo 9 milímetros en la flecha de desempate hace 4 años, está consiente de que el trabajo y el éxito están cimentados en la base del día a día.

 

 

 

“Trabajas y buscas algo, y para mí, antes de quedar en Selección mi objetivo es la competencia de cada día, quedar entre las mejores, no puedo soñar en Río sino puedo estar entre las tres o las dos mejores y es cada día, esforzarme, mejorar mis marcas, y cuando no logro mi objetivo, me pregunto que hay de diferente entre mi mejor momento y el que tengo, que estoy haciendo mal o si estoy en el proceso y cuanto tiempo más me llevará dar las marcas que necesito. Yo tuve que entrenar sola, y cuando me tocó, me enseñó a prepararme, a conocerme, saber de que soy capaz, saber si puedes o no… De nada te sirve el plan de entrenamiento, si no eres capaz de tirar una fecha más y conocer tu cuerpo, saber cuando detenerte, tomar un respiro y continuar… Eso sí, se que si quiero una medalla tengo que esforzarme el doble o el triple…”.

 

A pesar de haber tenido un ciclo olímpico extraordinario que incluye los títulos de campeona de la Copa en Lausana y campeona mundial bajo techo en Nimes, ha tenido momentos complicados que le han dado la oportunidad de reflexionar, “En los momentos más difíciles, cuando en el camino a Río, al selectivo, mis puntuaciones no estaban reflejando mi trabajo, porque estaba cansada, estresada, extrañando a mi familia, y sabes que tienes muchas flechas que tirar, tienes que detenerte, y reflexionar, y enfrentar tus miedos, y es ahí cuando debes de decirte “Aída, vamos a ir superando cada día, cada meta…” y es cuando debes de descubrir que te favorece, que te ayuda, que te perjudica…”.

 

Román, nacida hace 28 años en la Ciudad de México, se ha convertido en una experta en control mental, en control físico, normando al enorme presión que se enfrenta en los segundos previos a un disparo. El corazón de un tirador con arco de clase mundial como Aída llega a tener 180 pulsaciones por minuto, y es necesario que ni eso sea un distractor. “Es algo característico de este deporte, en otras disciplinas, en los minutos previos todo el mundo siente la adrenalina, en el atletismo, el basquetbol, en el tiro con arco es diferente, se trata de ver quién es capaz de controlarse no en el primer instante, sino en lo que sigue, porque tal vez empezaste muy bien, con gran ritmo y luego te desinflas porque te agotaste en los primeros instantes de la competencia, porque lo diste todo. Sientes como te invade la adrenalina, y tu corazón está a tope, tus músculos tensos, y tienes que estar preparada para controlar esos factores y estar listo para luchar contra otros sobre los que no tienes control, que no tienen que ver con tu técnica, que si hay sol, o lluvia, o viento, o el reflejo del sol te pega en la cara y por supuesto, tu rival, al que si lo conoces, debes de tener una estrategia para enfrentarlo, tratar de ver qué es lo que le afecta y saber cuándo es cuando tira mejor…”.

 

El tiro con arco en México no tiene precisamente una gran tradición, quedan nombres como Aurora Bretón o Marisol Bretón o Andrés Anchondo, Aída Román llegó con la idea de que una nueva generación está aquí para hacer su propio camino, su propia historia. “Para mí significa ser parte de un grupo privilegiado, de los primeros en hacer historia en un deporte en el que no había a quien seguir, abrir brecha, hacer historia, algo que me motivó fue ver a los mejores del mundo y analizar que hay entre ellos y yo, porque ellos podían hacerlo mejor que yo… Pero creo que la diferencia la marca la actitud, el día a día el que te lo crees o no, ellos (los coreanos) tienen una gran historia, parecen ejércitos de tiro con arco, la Selección A, B, C, D y hasta la Z, aquí en México no había eso… Había que crecer desde cero…”.

 

Como todo en la vida, la arquera mexicana decidió tomar una oportunidad que asegura, le brindaron Dios y la vida, “Inicialmente mi objetivo era ser profesionista, seguir mis estudios, una profesión no el deporte… La misión era acabar la carrera y vivir de mis estudios, no del deporte Y cuando quedo en selección nacional a los 18 años dije “hay que aprovechar esta oportunidad, y puedo decidirme por el tiro con arco, y tomar las oportunidades”, y tienes que saber decidir, si la tomas o la dejas, y en ese momento mi decisión ante la vida fue “sí, fue dame esta oportunidad, la voy a tomar”…

 

Y cuando llegó Londres, la subcampeona olímpica ya soñaba con  la medalla. “No son enchiladas, fue algo muy difícil, fue algo que sin embargo ya habíamos trabajado, que habíamos preparado, recuerdo que Mariana (Avitia) y yo nos decíamos cada vez que salíamos del cuarto para ir a las rondas definitivas, “nos vemos en las semifinales” y cuando llegamos, no nos la creíamos, pero fue un momento súper bonito, escuchas a tu compañero que estás peleando la semifinal, era súper difícil, pero le agradezco a la vida, a Dios, a la gente que nos apoyó muchísimo…”

 

Y el momento más importante de su carrera se definió en la forma más inesperada “Fue una final muy peleada, irnos a flecha de desempate… Pude haber perdido 6-0 y aun seguía siendo plata, pero al final fue un 5-5 la flecha de ella por 9 milímetros quedó mas cerca… Pero esa medalla de plata que para mi fue de oro, no fue un “aquí se cierra más bien se convirtió en un continuará, esa plata me dio la confianza para mi futuro, porque me dejo crecer. Sí, la medallita olímpica hace que en cualquier campo de tiro donde me pare en el mundo ya saben quién es Aída y quién es México en el tiro con arco. Somos la nueva generación y todos nos quieren ganar somos ya el rival a vencer, me gusta que me vean así…”

 

Y el Himno y la Bandera de México “son tu identidad, el saber que tienes mucha gente atrás de ti, es algo bien padre, la gente se engancha, somos una nación bastante apasionada, cuando la gente escucha el himno, se conecta, es algo difícil de describir, es como que, ufff, se nos rompe el corazón, somos mexicanos...”.

 

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BANNERS DERECHA