Polonia logró lo que nadie parecía conseguir, privar de la victoria a la campeona del mundo, Alemania, que se chocó contra un rival correoso y no supo desenmarañar su estructura defensiva, por lo que firmó el primer empate a cero de la competición.
Alemania vio frenada su racha de seis triunfos consecutivos en fases finales, las cinco que le llevaron en Brasil a proclamarse campeona del mundo y la que logró en su debut en la Eurocopa de Francia contra Ucrania.
La Polonia de Lewanndowski, que ya había logrado derrotar a los germanos en la fase de clasificación para esta competición, volvió a demostrar que goza de una buena generación de futbolistas. No fue un empate desmerecido y no lo hubiera sido tampoco la victoria si su delantero Arkadiusz Milil hubiera aprovechado alguna de las dos grandes ocasiones que dispuso.
Los alemanes, con los pies en el barro, los polacos demasiado empeñados en embarrar el juego. Poco futbol en la primera parte, apenas se rompió el guión en un golpe de genio de Müller al cuarto de hora, cuando logró arrebatar un balón a Piszczek en la banda izquierda y centrar al área donde Kroos, muy forzado, remató fuera.
Göotze lo intentó de disparo alejado al minuto siguiente, el primero entre los tres palos de los germanos, que detuvo el meta Fabianski. El atacante alemán demostró que, frente a la maraña polaca, su futbol era inofensivo.
El polaco Milik tuvo en sus botas el gol en el 69, cuando recibió un buen balón y, solo frente a Neuer, se le cruzaron las piernas. Respondió Özil con un disparo lejano que de nuevo desvió el portero.
Alemania mantuvo la presión hasta el último suspiro, buscando ese gol postrero que tan de moda se ha puesto en esta Eurocopa. Pero no lo consiguió y los polacos celebraron el empate como un trofeo precioso.