La cantante barbadiense Rihanna ganó hoy una demanda judicial en Londres contra la multinacional de tiendas de ropa Topshop por haber comercializado sin su permiso camisetas con su imagen, dando a entender que contaban con su visto bueno.
El Tribunal Superior británico dio la razón a la artista, que había acusado a la empresa propiedad del millonario Philip Green de pretender que ella, que es también diseñadora de moda, había aprobado las piezas.
El juez dijo que, como parte de su estrategia, Topshop, que tiene establecimientos en 37 países, intentaba efectivamente aparentar que Rihanna secundaba la venta de las camisetas.
El magistrado puntualizó que el veredicto de hoy no significa que no puedan comercializarse prendas con la imagen de famosos, pues lo que se condena es su venta engañosa.
El juez consideró que, en este caso, muchos clientes de Topshop pudieron comprar las camisetas con el rostro de Rihanna con la "falsa convicción" de que estaban autorizadas por la cantante.
Esto atenta contra "su buena fe" y representa una pérdida de control sobre su reputación en el mundo de la moda, afirmó.
Pese a conceder la victoria a la popular artista, el tribunal no se pronunció sobre su petición de recibir una indemnización por daños y perjuicios.