No existe ningún examen que diagnostique la enfermedad de Alzheimer, pero con la valoración de los síntomas y una variedad de pruebas y análisis, es posible identificarla en las primeras etapas. Apenas se tornan observables los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, es fundamental buscar atención médica para realizar un pronto diagnóstico.
El primer síntoma de la enfermedad de Alzheimer son los olvidos. Sin embargo, es complicado distinguir entre la pérdida de la memoria debido a la edad y la pérdida de la memoria por la enfermedad de Alzheimer.
A medida que una persona envejece, el cerebro pierde células o neuronas, lo que puede dificultar aprender nuevas cosas o recordar palabras conocidas. Los ancianos pueden, por ejemplo, enfrentar dificultades para recordar el nombre de una persona conocida, tener problemas para encontrar los lentes de lectura o las llaves del automóvil. Sin embargo, en la mayoría de los casos, esas lagunas mentales no son señales del inicio de la enfermedad de Alzheimer.
El Dr. Ronald Petersen, del Centro para Investigación sobre la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, señala que el tipo de olvido que es preocupante resulta en no recordar información que jamás habría olvidado antes. Por ejemplo, faltar a un evento social favorito, como un té con los amigos, el juego de golf semanal, o no percatarse de algo marcado en la agenda que siempre fue prioritario para la persona, como una cita con el médico. Si eso ocurre de vez en cuando, probablemente no sea un problema; pero si la persona empieza a tener problemas frecuentes para establecer esas conexiones, es momento de acudir al médico.
Una evaluación médica también viene al caso cuando las lagunas mentales ocasionan problemas en la vida cotidiana de la persona, o alguien empieza a tener dificultad para realizar tareas mentales. Ejemplos de esto, son sentir agobio o confusión ante la necesidad de tomar una decisión, tener dificultades para conducir, irritarse o fastidiarse cuando se requiere concentración mental, perderse rumbo a un lugar conocido, o tener dificultad para seguir instrucciones detalladas.
Otra señal de advertencia del Alzheimer puede ser un cambio en el comportamiento o en la personalidad. Por ejemplo, que una persona normalmente extrovertida se retraiga de sus amigos y familiares y se rehúse a participar en compromisos sociales. La depresión y otros cambios en el ánimo de la persona también pueden ser síntomas del inicio de la enfermedad de Alzheimer.
Después de revisar los síntomas de la persona, si el médico sospecha de la presencia de Alzheimer, vale la pena realizar pruebas para evaluar la memoria y otras capacidades del pensamiento, así como juzgar las capacidades funcionales e identificar cambios en el comportamiento con el objetivo de determinar si estos pueden atribuirse a la enfermedad de Alzheimer. Asimismo, resulta útil platicar con los familiares de una persona respecto a sus capacidades cognitivas y funcionales, así como sobre los comportamientos diarios y su cambio con el transcurso del tiempo.
Los exámenes por imágenes y los análisis de laboratorio pueden mostrar lo que ocurre en el cerebro. Las imágenes cerebrales obtenidas mediante tomografía computarizada, resonancia magnética o exploraciones con tomografía por emisión de positrones (PET) pueden mostrar la disminución de las neuronas o el desarrollo de las proteínas que contribuyen a la enfermedad de Alzheimer. Los análisis de laboratorio pueden ayudar a descartar otros trastornos que pueden ocasionar síntomas similares a los de la enfermedad de Alzheimer, tales como un trastorno tiroideo o la deficiencia de vitamina B12. Este tipo de evaluación minuciosa generalmente logra diagnosticar la enfermedad de Alzheimer en las primeras etapas.
El Dr. Peterson menciona que: “un diagnóstico oportuno y exacto resulta importante porque una vez que se identifica la enfermedad, los médicos pueden ofrecer medicamentos para controlar los síntomas y posiblemente lentificar el deterioro de la memoria y de otras capacidades cognitivas. Saber que se padece la enfermedad de Alzheimer cuando todavía se encuentra en las primeras etapas, también permite al enfermo y a sus familiares informarse respecto a cómo lidiar con el problema y tener tiempo para hacer planes a futuro.