Algunos factores de riesgo de un ataque cardíaco son muy conocidos: obesidad, la diabetes, hipertensión, colesterol elevado, tabaquismo, sedentarismo y otros, que a pesar de saber que existen, pocas personas hacen caso para evitarlas.
Sin embargo, hay otra razón que es poco conocidas como factor de riesgo y que puede poner el corazón y la vida en riesgo: la ira, así que si tú eres de los que no pueden controlar sus emociones, cuidado, también estás en riesgo de sufrir un infarto.
1. Repentinos e intensos ataques de ira:
Un reciente estudio realizado con 313 pacientes de ataque cardiaco, publicado por científicos de Sydney, Australia encontró que un ataque al corazón era 8.5 veces más probable que ocurra dos horas después de un intenso ataque de ira que tras un periodo del mismo tiempo en condiciones normales.
Los investigadores, el Dr. Thomas Buckley de la Escuela de Enfermería de Sidney y el profesor Geoffrey Tofler de la Universidad de Sydney definen la ira intensa como un cinco o más alto, en una escala de siete puntos.
Los encuestados que describieron su episodio como cinco o más de acuerdo en que se sentían, “furioso”, “rabioso” o “fuera de control” unas dos horas antes de su ataque al corazón.
Sus puños pudieron haber estado apretados, pudieron haber estado lanzando objetos y pudieron haber dañado a sí mismos o a otros. En cuanto el motivo de su enojo, los investigadores observaron que la mayoría de los participantes (42%) dijeron que su ira se derivó de una discusión, principalmente con un miembro de la familia. La ira relacionada con el trabajo o al conducir empataron con el 14 por ciento.
Afortunadamente, Buckley y Tofler concluyeron que los ataques al corazón inducida de ira son raros; sólo dos por ciento de los participantes en su estudio se había enfurecido antes de su episodio cardíaco.
De los que tuvieron un ataque al corazón provocado por la ira-, todos ellos tenían al menos un factor de riesgo crónico (como la diabetes o el tabaquismo), y dos ya habían tenido ataques al corazón, al menos una vez antes.
Con el fin de evitar los episodios de cardiopatía disparados por una intensa ira, Buckley y Tofler sugirieron que las personas que fuman, tienen la presión arterial elevada o colesterol alto, elaboren estrategias para controlar sus emociones.
Estas estrategias pueden incluir el listado de temas que pueden desencadenar la ira, tomar conciencia de las señales de advertencia de las exhibiciones corporales manifestadas con el enojo, y aprender técnicas de manejo de la ira como distracción y relajación.
Los científicos también observaron en su estudio que otras investigaciones han demostrado que el consumo de drogas betabloqueantes o aspirina después de un episodio de este tipo han demostrado reducir el riesgo de ataques al corazón también.