Los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia aquejan principalmente a adolescentes de entre 14 y 17 años y aunque prevalece en el género femenino, durante los últimos años también se han presentado casos en hombres.

Dichos trastornos  provocan graves daños a la salud como desnutrición y desequilibrios fisiológicos, por ello la Secretaría de Salud (Sedesa) de la Ciudad de México, apoyada en la Ley para la Prevención y el Tratamiento de la Obesidad y los Trastornos Alimenticios instrumenta acciones para el diagnóstico temprano y atención de personas con dichos padecimientos.

Entre las principales complicaciones, algunas incluso irreversibles, se identifican las enfermedades cardiacas que van desde arritmias, la disminución del tamaño de las cavidades del corazón, disfunciones de las válvulas cardiacas, baja presión arterial; así como pancreatitis, esofagitis, hemorragia digestiva y amenorrea en mujeres.

Algunos otros padecimientos que presentan con frecuencia las personas con anorexia y bulimia son molestias gastrointestinales como dolores e inflamación abdominal, fuertes cólicos y diarreas.

Mientras que en los hombres es exclusiva la disminución de los niveles de testosterona y anormalidades testiculares.

Asimismo, la anorexia y bulimia traen consigo una serie de severos trastornos psicológicos como depresión ansiedad, impulsividad, irritabilidad e ideas delirantes.

La anorexia se caracteriza por una gran reducción de la ingesta de alimentos, la cual no responde a una falta de apetito, sino a una resistencia a comer, motivada por la preocupación excesiva a no subir de peso o por reducirlo.

En la bulimia, el consumo de alimento se hace en forma de atracón, episodio durante el cual se ingiere una gran cantidad de alimento, seguido de un sentimiento de culpa, por lo que la persona recurre a medidas como la autoinducción del vómito y el consumo abusivo de laxantes, además de ejercicio excesivo y ayuno prolongado.

La anorexia y la bulimia son trastornos multifactoriales, asociados a causas psicológicas, el entorno cultural y familiar, así como al ideal estético de la belleza.

Algunos indicios de que una persona padece alguno de estos trastornos son, en el caso de la anorexia, la continua y prolongada reducción de peso, que puede conducir a la delgadez extrema y a la desnutrición; ésta se refleja en la piel reseca y con color grisáceo o amarillento, las uñas quebradizas, el debilitamiento, la caída del cabello y la intolerancia al frío.

En tanto, las personas con bulimia son más difíciles de identificar, ya que no derivan necesariamente en una continua pérdida de peso, sin embargo presentan lesiones o pérdida del esmalte dentario o escoriaciones (rozaduras o heridas) en aquellos dedos utilizados para provocar el vómito.

En la Sedesa, se brinda atención multidisciplinaria e integral de los trastornos alimenticios, basada en consulta médica y psicoterapéutica y, de acuerdo con el caso, se proporciona terapia familiar o grupal, además de consulta ginecológica, psiquiátrica, endocrinológica y nutrimental; en caso necesario, se realiza la referencia oportuna a una institución federal especializada.

Para mayor orientación médica y psicológica, sobre cómo identificar y a dónde acudir para la atención de estos trastornos alimenticios, la Sedesa cuenta con el centro de atención telefónica Medicina a Distancia 5132 0909.