La distonía cervical también conocida como tortícolis espasmódica se caracteriza por la contracción muscular involuntaria y/o torcimiento de la musculatura cervical, que resulta en posturas anormales.
La rigidez y dolor en el cuello no siempre están relacionados a una mala postura al dormir. La distonía cervical (DC) también conocida como tortícolis espasmódica, es la forma más común de distonía focal, caracterizada por la contractura muscular involuntaria y/o torcimiento de la musculatura cervical, que resulta en posturas anormales y movimientos repetitivos de la cabeza. Dependiendo de la dirección de los movimientos, la distonía cervical se clasifica en tortícolis cuando existe una rotación de la cabeza, laterocolis cuando se presenta la inclinación de la cabeza, retrócolis a la extensión del cuello y anterócolis a su flexión, también puede ocurrir a veces en combinación.
La DC puede estar acompañada por tirones o rigidez, dolor y síntomas sensoriales en la zona afectada. El Neurólogo Clínico encargado de la Clínica de Movimientos Anormales y Aplicación de Toxina Botulínica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza, Salvador José Santamaría Molina, mencionó que la mayor parte de los casos son de carácter idiopático, es decir, no existe una explicación clara de su causa, aunque, en algunas ocasiones se puede asociar con ciertas mutaciones genéticas que condicionan fallas en la generación de ciertas proteínas en algunas neuronas de las partes profundas del cerebro, lo cual se manifiesta como fenómeno distónico, en este caso a nivel cervical.
Estudios afirman que la prevalencia estimada de la distonía cervical es al menos de 8/100,000; el especialista añadió que “no existe una estadística que especifique con qué frecuencia se presenta dicho padecimiento en México, sin embargo, se estima que es más común en el sexo femenino, pues su relación mujer-hombre es de 1.5 a 1”.
Con respecto al tratamiento, durante los últimos 10 años la inyección local de toxina botulínica en varios músculos del cuello se ha convertido en la primera línea de enfoque terapéutico y datos publicados de estudios clínicos controlados y no controlados, que ahora cubren miles de sesiones de tratamientos en cientos de pacientes.
El especialista mencionó que una vez establecido el tratamiento por parte del neurólogo, principalmente el uso de toxina botulínica tipo A de 500U, lo ideal es acompañarlo con terapias físicas indicadas por un especialista en neurorehabilitación. La aplicación de la Toxina Botulínica tipo A de 500U, tiene un efecto prolongado de más de 18 semanas1 y manifiesta resultados favorables a partir de la primera semana de tratamiento, reduciendo significativamente el dolor y grado de movimiento de la cabeza.
La toxina botulínica tipo A (BoNT-A) ha mejorado fundamentalmente la calidad de vida de quienes la padecen4. “Este fenómeno genera una discapacidad física y funcional, así como cambios en el autoestima y el estado de ánimo. El grado de distonía, es directamente proporcional a las dificultades para realizar las actividades diarias, que van desde manejar o realizar el trabajo de oficina hasta leer o ver la televisión”, mencionó el especialista.
El Dr. Santamaría hizo hincapié en que las personas con sospecha de padecer la enfermedad deben acudir con un neurólogo clínico con experiencia y adiestramiento en el área de los movimientos involuntarios, para una valoración apropiada del subtipo de distonía y recibir el mejor tratamiento disponible. La DC es un fenómeno de fácil identificación y diagnóstico, la recomendación del experto es recurrir a un especialista, pues prácticamente no existen muchos padecimientos que puedan llegar a confundirse con dicha condición.I