Tras prometer que iba a enterrar su errática conducta en el pasado para recuperar su credibilidad como actriz, Lindsay Lohan volvió a protagonizar una interminable salida nocturna el pasado fin de semana que, desde el viernes por la noche hasta el domingo por la mañana, tuvo como epicentro el famoso hotel Chateau Marmont de la ciudad de Los Ángeles.
“Lindsay comenzó la noche en el bar de cócteles del hotel Beverly Hills, pero poco después se fue directamente al Chateau Marmont. Estuvo tomando unas copas en los jardines hasta el amanecer y luego se fue con su grupo de amigos a una fiesta en una casa de las colinas de Hollywood. Pero literalmente unas horas después estaba de vuelta en el Chateau Marmont, lista para continuar la fiesta”, reveló una fuente al periódico Daily Mirror.
Resulta curioso que la pelirroja intérprete escogiera el Chateau Marmont como escenario principal para sacar a relucir su lado más extrovertido, teniendo en cuenta que hace unos años los responsables del hotel le vetaron la entrada tras negarse a pagar una cuenta de 46 mil dólares, una cifra astronómica que se explica por la compra compulsiva de cigarrillos, velas perfumadas y todo tipo de artículos del minibar.
Mientras Lindsay se recuperaba de un fin de semana de desenfreno, la cadena de la famosa presentadora Oprah Winfrey estrenaba el domingo por la noche el primer episodio del programa que narra la vida tan responsable que lleva la actriz tras abandonar la clínica rehabilitación, donde permaneció seis semanas decretadas por un juez.
Precisamente en la última entrevista que concedió a su amiga Oprah, la problemática intérprete aseguraba que ya no tenía ningún interés en seguir cultivando sus antiguos hábitos nocturnos y que por fin había encontrado la “paz interior”.
“No hay fiesta a la que no haya ido, persona con la que no haya salido o situación que no haya vivido. Ya no queda nada para mí en salir a tomar un copa, prefiero hacer otras cosas y disfrutar de la paz interior que tengo estos días”, confesaba ante las cámaras.