Además de ser el máximo exponente de la música reggae, el cantante Bob Marley, quien el próximo viernes hubiera cumplido 70 años, jugó un papel fundamental en representar con su imagen la cultura rastafari y darla a conocer al mundo, donde hasta entonces era completamente desconocida.
"Bob Marley jugó un rol instrumental en difundir el mensaje y la cultura rastafari al mundo", explica a Efe Burnet Sealy, presidente de la Organización Caribeña de Rastafaris, en una entrevista telefónica desde Jamaica, isla natal del fallecido cantante y lugar origen de este movimiento, surgido en los años 30.
Según Sealy, el cantante jamaicano fue uno de los artistas precursores en transmitir al público internacional la filosofía y el estilo de vida de esta religión o forma de vida, que promueve la supremacía negra y las raíces africanas, y cuyos seguidores se identifican por sus "dreadlocks" (trenzados del pelo conocidos popularmente como rastas) y el uso sacramental de la marihuana.
Bob Marley fue uno de los primeros cantantes de reggae en aceptar públicamente que adoptaba esta religión en un país donde ese colectivo era abiertamente discriminado, añade a Efe Ray Hitchins, profesor de la Unidad de Reggae del Instituto de Estudios del Caribe de la Universidad jamaiquina de West Indies.
El artista, que falleció a los 36 años por un cáncer, ayudó en gran medida a que el movimiento rastafari no fuera perseguido y fuera reconocido como una religión por la sociedad y el Gobierno jamaiquinos, según Stephen King, autor del libro "Reggae, rastafari y la retórica de control social".
"Con la fama que iba ganando Bob Marley, los políticos comenzaron a utilizar el reggae y la imagen rastafari para apelar a nuevas audiencias de votantes, clase baja y clase media, lo que consecuentemente ayudó a legitimar el reggae y el rastafarismo", apunta King en entrevista con Efe.
En ese sentido, Hitchins, experto en etnomusicología, explica que Bob Marley comercializó su imagen de rastafari para distinguirse a nivel local y lograr un mayor impacto a nivel internacional, donde su imagen en seguida llamó poderosamente la atención y rompió estereotipos.
"Bob Marley definitivamente propulsó la imagen de los movimientos rastafaris en el mundo y por esa contribución, debemos dar las gracias", afirma Sealy, líder de una organización que representa a rastafaris de trece islas y territorios del Caribe.
Los seguidores de este estilo de vida entienden que el "ras" (príncipe, jefe) Tafari Makonnen, nombre de Haile Selassie I antes de proclamarse emperador de Etiopía en 1930, es un dios y la máxima encarnación de poder de la religión rastafari.
"Nosotros creemos en la demanda por compensaciones (por los años de esclavitud de potencias colonizadoras europeas) y en las repatriaciones. Dado que nos sacaron de Africa, debemos regresar a nuestra tierra ancestral", explica Sealy.
Los rastafaris creen que África es la tierra prometida y es por ello que los 20.000 seguidores que hay en Jamaica ansían volver a ese "paraíso".
En 2003, el Gobierno de Jamaica reconoció el culto rastafari como una religión, tras una sesión del Tribunal Constitucional en la que se advirtió de que esta medida no incluía la legalización de la marihuana o "ganja", cuyo uso defiende ese credo.
Dos años después, el 6 de febrero de 2005, decenas de miles de personas participaron en Etiopía en un homenaje que pretendía rendit todo Africa -"Africa Unite"- a Bob Marley, como motivo del 60 aniversario del nacimiento del músico caribeño.
En ese país, lugar origen de los rastafaris, Bob Marley es considerado un héroe nacional ya que, con sus canciones, dio a conocer el mensaje de los "rastas", que se cree que hoy día superan el millón de seguidores.