KABUL.— El presidente de Afganistán rechazólas exigencias de Washington de que suscriba un acuerdo de seguridad que permita a las fuerzas estadounidenses permanecer otra década en el país.
Por su parte, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Chuck Hagel, advirtió el viernes que la presencia militar estadounidense prevista para después de 2014 podría estar en peligro si no se concreta ese pacto antes de fines de año.
La situación es delicada porque los ancianos tribales afganos y otros líderes regionales están reunidos a puertas cerradas por segundo día para examinar el proyecto del acuerdo al que se considera necesario para que se permita a miles de soldados estadounidenses permanecer en el país después de la fecha límite de 2014, principalmente para adiestrar y guiar a las fuerzas de seguridad gubernamentales que todavía tienen dificultades para enfrentar ellas solas a una fuerte insurgencia del Talibán.
Karzai sorprendió a Estados Unidos cuando apremió el jueves a los delegados en la inauguración del consejo consultivo conocido como Loya Jirga a que aprobaran el acuerdo de seguridad, pero afirmó que dejaría a su sucesor que lo suscribiera pasadas las elecciones del 5 de abril.
Aimal Faizi, vocero de Karzai, reiteró el viernes la postura a pesar de las peticiones de Estados Unidos al afirmar que "no hay fecha límite para nosotros salvo lo dicho por el presidente en su discurso".
El gobierno del presidente Barack Obama anunció que retirará a las fuerzas estadounidenses de Afganistán sin un acuerdo de seguridad, tal como lo hizo en Irak donde no se suscribió un pacto similar.
El secretario de Estados norteamericano John Kerry llamó a Karzai el viernes para advertirle que "un mayor retraso no es práctico ni sostenible", dijo la vocera del Departamento de Estado Jen Psaki.
"Si no se cierra el acuerdo se enviará la señal de que Afganistán no está comprometido a mantener una sociedad con quienes los apoyan y eso pondría en peligro toda la ayuda financiera y práctica que se ha ofrecido dijo Psaki.
Estados Unidos invadió Afganistán después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 para perseguir a la organización al-Qaida, a la que daba refugio el Talibán.
La guerra más larga y costosa en la historia de Estados Unidos ha mostrado que es profundamente impopular al interior de ese país y entre los aliados de Washington, que no se comprometieron a aportar efectivos después de 2014 a menos de que se suscriba un acuerdo de seguridad.
La salida de todas las fuerzas extranjeras pondría en peligro a los más de 8.000 millones de dólares que se comprometieron anualmente para financiar a las fuerzas de seguridad afganas y contribuir al desarrollo del país.
Al destacar este punto, Hagel dijo que él no puede recomendar a Obama que continúe la planeación de la permanencia de las fuerzas estadounidenses después de 2014 en Afganistán a menos de que los líderes afganos suscriban pronto el acuerdo de seguridad.