SEÚL.-La maquinaria propagandística de Corea del Norte ha mantenido durante mucho tiempo el mito de una dinastía gobernante poderosa y serena que disfruta de la devoción y el apoyo de su pueblo. Pero esa imagen se desdibujó de un plumazo la semana pasada.
En un intento por justificar la ejecución de su tío, que era considerado el funcionario número dos en la jerarquía gobernante, el joven líder Kim Jong Un ha permitido que el mundo atisbe fugazmente a lo que sucede entre bastidores de un gobierno sumamente difícil de interpretar.
Muchos analistas creen que la celeridad con que Pyongyang se deshizo de Jang Song Thaek no sólo destruye la imagen de unidad proyectada por la prensa oficial, sino que también reconoce una disensión y una inestabilidad peligrosa. Es una perspectiva alarmante en momentos en que Kim Jong Un trata de revivir una economía moribunda mientras promueve el desarrollo de misiles nucleares.
Las acusaciones con que se intentó justificar la medida drástica contra Jang —fue acusado de uso de drogas y juegos de azar, un intento de golpe militar y corrupción en grande— fueron una admisión sorprendente: la familia Kim no estaba bajo control completo de la situación. En una contradicción a las afirmaciones del pasado de unidad y firmeza, Corea del Norte admitió que el liderato se había visto empañado por las maniobras del mentor y tío de Kim después de la muerte del padre de Kim, el dictador Kim Jong Il.
Mientras los funcionarios y burócratas se preparan a conmemorar el martes en Pyongyang el segundo aniversario de la muerte de Kim Jong Il, la pregunta acuciante es qué sucederá ahora.
Las acusaciones contra Jang deben tomarse con escepticismo; como siempre, el resto del mundo sólo ve lo que Corea del Norte quiere que vea, y no hay modo de determinar qué es verdad y qué no lo es. Pero el hecho de que los cargos hayan sido ventilados en público, y con tanto detalle, abre una nueva perspectiva de un liderazgo que pasa apuros, algo que los analistas en el exterior se esfuerzan por descifrar.
Kim Jong Un "ha logrado empañar su propia imagen, hacerse ver como un moderno Calígula, y ha desmentido el 90% de las declaraciones ampulosas que emanan de Pyongyang", comentó Bruce Cumins, especialista en Corea y profesor de historia en la Universidad de Chicago. Agregó que la medida indica divisiones profundas a alto nivel.
"Sea lo que fuere que uno piense de este régimen, desde el punto de vista de la cúpula esta fue una medida políticamente estúpida y debilitante", enfatizó.
El paralelo histórico más parecido a la caída en desgracia de Jang podría ser la serie de juicios de la década de 1950 que fueron eliminando a los adversarios de Kim Il Sung, fundador de Corea del Norte y abuelo del líder actual.
Durante muchos años, las interpretaciones externas de las luchas intestinas fueron poco más que adivinanzas. Los analistas trataban de determinar quién había caído en desgracia midiendo la distancia física entre un funcionario y el líder en las fotografías, o por un vacío en la prensa oficial, o un anuncio de una enfermedad súbita. Las suposiciones también se vinculaban a las afirmaciones a veces cuestionables de los desertores de Corea del Norte, muchos de los cuales habían estado fuera del país durante años y tenían motivos de resentimiento.
Desde entonces, Pyongyang ha insistido en que los Kim estaban firmemente en control del poder.
Pero súbitamente, la prensa oficial afirma que alguien intentó usurpar el máximo puesto. Y no cualquiera, sino un hombre allegado al líder por lazos familiares. Jang fue considerado alguna vez como lo más parecido a un reformista que pudiera tener el hermético país y un favorito de China, que es el único aliado importante de Corea del Norte.
"Ahora sabemos con seguridad que el régimen de Kim teme el surgimiento de un renegado que pudiera intentar aprovechar los problemas económicos de Corea del Norte y el afán del pueblo de una vida mejor para adueñarse del poder con respaldo militar", comentó Alexandre Mansourov, especialista en Norcorea, en el cibersitio 38 North. "Esta posibilidad no deja dormir tranquilo a Kim Jong Un".