CABO CAÑAVERAL, Florida.— Dos astronautas iniciaron una serie de caminatas espaciales de urgencia para reparar una válvula del sistema de enfriamiento de la Estación Espacial Internacional.
Los dos estadounidenses de la misión, Rick Mastracchio y Michael Hopkins, tendrán que hacer dos o tal vez tres caminatas en el espacio para remplazar una bomba de amoníaco en la que se encuentra la válvula averiada.
La siguiente será el martes y la tercera en el día de Navidad.
El fallo ocurrió hace 10 días y provocó que una de los dos serpentinas de refrigeración se enfriara demasiado y obligó a los astronautas a apagar todo el equipo no esencial dentro del laboratorio orbital, lo que obligó a detener casi por completo la investigación y dejó a la estación en estado vulnerable.
Mastracchio, quien realiza su séptima caminata en el espacio, mientras Hopkins hará la primera, usaron equipo especial para emergencias mientras flotan afuera de la estación. La NASA trató de evitar que el casco se inundara como sucedió hace unos meses, hecho que estuvo a punto de provocar la muerte de un astronauta, por lo que los caminantes llevaban tubos de buceo adheridos al traje y almohadillas que absorben el agua en los cascos.
"Hermoso día"; dijo Mastracchio cuando el complejo orbital se aproximaba a la costa occidental de África. Luego agregó: "El tanque de amoniaco se ve conocido".
El cambio de la bomba es una tarea complicada que sólo se ha intentado una vez en el pasado, en 2010. Los dos astronautas encargados de esa tarea hace tres años están en el Control de la Misión en la Tierra ofreciendo asistencia.
La bomba que pesa más de 350 kilos (780 libras) tiene el tamaño de un refrigerador de dos puertas y es muy difícil de manejar, además de que está lleno de amoniaco tóxico. El plan de la NASA, afinado a detalle durante los últimos días, es que el sábado se desconecte la bomba, sacarla el lunes y colocar la nueva, para que el miércoles se hagan las conexiones necesarias.
En los días posteriores al fallo del 11 de diciembre los controladores de vuelo trataron de arreglar la válvula a control remoto pero los esfuerzos fueron en vano. Luego trataron de usar otra válvula para regular la temperatura de la serpentina superior con cierto éxito. Pero el martes pasado la NASA decidió que la situación era suficientemente grave para realizar una caminata espacial.
Aunque los astronautas están cómodos y a salvo la NASA no quiere arriesgarse a otra falla y la eventual pérdida de todo el sistema de enfriamiento que se necesita para disipar el calor que genera la estación.
Hasta el sábado, las caminatas espaciales de Estados Unidos estaban suspendidas luego de que en julio el casco de un astronauta italiano se llenó de agua procedente del sistema de enfriamiento del traje. Luca Parmitano apenas pudo sobrevivir.
Los ingenieros descubrieron que el problema fue provocado por un dispositivo del traje que se contaminó, aunque nadie sabe cuándo o cómo.
Para la caminata del sábado Hopkins usó el traje de Parmitano, aunque éste tiene componentes nuevos completamente probados.