De acuerdo con el reporte ¿Cómo va la vida? 2013, presentado el martes por el organismo, la población mexicana que afirmó estar “muy satisfecha” con su vida pasó de 55% a 70% en el lapso de referencia, pese a la mala situación laboral que incidió considerablemente en la satisfacción ante la vida en la mayoría de los países de la OCDE.
En dicho quinquenio, el ingreso real disponible de las familias en México tuvo un descenso de alrededor de 5%, una de las caídas más pronunciadas registradas entre los países del organismo. No obstante, la desigualdad en los ingresos en el país se mantuvo sin cambios durante ese periodo, mientras que la media aumentó en promedio 1.2%.
De igual modo, el reporte indica que los mayores efectos de la crisis se registraron en la disminución de empleos y en el deterioro de las condiciones del mercado laboral. Sin embargo, a diferencia de la tendencia general, en México tanto la tasa de empleo como la tasa de desempleo a largo plazo se mantuvieron estables en el último lustro.
México se encuentra entre los países miembros de la OCDE con los resultados más bajos de bienestar en materia de educación, seguridad, ingresos, empleo, contactos sociales, salud y medio ambiente, no obstante, los mexicanos tienen el mayor índice de “bienestar subjetivo” entre las naciones.
“México está por encima del promedio de la OCDE en bienestar subjetivo”, señaló Gabriela Ramos, coordinadora de gabinete y representante del organismo, durante la presentación del estudio en el que se muestra que de 11 indicadores utilizados para identificar las cualidades y deficiencias del bienestar de las sociedades, el país obtuvo resultados medianos tan sólo en tres: vivienda, compromiso cívico y gobernanza.
Señaló que de acuerdo con el reporte, México es el país de la OCDE con las jornadas laborales más largas y menos productivas.
En 2010, 19% de los hogares mexicanos con al menos uno de sus miembros empleados reportó condiciones de pobreza, mientras que 11% de las familias en las que todos los adultos trabajan estaba en estas condiciones, siendo ambos porcentajes los más altos en la OCDE.
Por otra parte, México demostró ser la nación con menor desigualdad salarial entre hombres y mujeres. Pese a ello, las mexicanas siguen teniendo menos posibilidades que los hombres de obtener un trabajo remunerado o de ser elegidas para un puesto de función pública (como el de legisladora), además de destinar muchas más horas a labores domésticas y sentirse más inseguras.
Durante el periodo que aborda el estudio, la OCDE presume que entre los países más afectados por la crisis surgieron nuevas formas de solidaridad y compromiso entre sus habitantes, pero en el caso de México esta tendencia no fue tan clara, dado que el porcentaje de personas que afirmó haber ayudado a alguien disminuyó en tres puntos porcentuales.
El estudio de la OCDE es parte de la iniciativa “Tu índice para una vida mejor”, cuyo fin es el medir el bienestar y el progreso entre los países miembros del organismo más allá de las métricas tradicionales, tales como el Producto Interno Bruto (PIB).