PHOENIX, Arizona, EE.UU. (AP) — Una jueza de Phoenix le perdonó el martes la vida a un pit bull que atacó a un niño de 4 años el mes pasado y desató un fuerte debate en Internet sobre la misericordia, la culpa y la violencia de los animales.
La jueza municipal Deborah Griffin falló que el perro, llamado Mickey, debe ser castrado, se le deben rebajar los dientes y se le debe implantar un microchip. El día anterior la jueza determinó que el perro es violento y pudiera haber ordenado su sacrificio.
“No habrá la menor posibilidad de que el animal vuelva a hacer algo así”, dijo Griffin, agregando que Mickey debe permanecer en una instalación el resto de su vida y no lo pueden adoptar.
Un grupo defensor de los derechos de los animales es el fideicomisario del perro y tiene 30 días para encontrar un centro de rehabilitación o un refugio que lo acoja. Un defensor de los animales que estaba en el tribunal comenzó a llorar al escuchar que no sacrificarían al perro.
El ataque del 20 de febrero dejó a Kevin Vicente con una cuenca ocular y la mandíbula fracturadas, y el menor enfrentar meses, quizás años, de operaciones reconstructivas.
La posibilidad de que el perro fuera sacrificado atrajo la atención de un grupo de destacados abogados especializados en la pena de muerte, llevó a vigilias y provocó una fuerte reacción de los amantes de los animales en los medios de sociales, quienes culparon a los dueños de Mickey y a la niñera.
Guadalupe Villa, uno de los adultos en el lugar de los hechos, presentó ante el tribunal una solicitud para que determinara que el perro es violento, y en la solicitud dijo que Mickey es un perro que suele reaccionar con violencia sin provocación y que había matado a uno de sus perros.
Defensores de los animales respondieron diciendo que tanto el perro como el niño son víctimas y que la niñera que cuidaba del menor fue negligente al dejarlo jugar cerca del animal. También alegaron que el dueño incitaba el perro a la violencia al mantenerlo encadenado.
“Esto no se trata de Mickey contra Kevin”, dijo el abogado John Schill, uno de los tres que representó al perro en la petición ante el tribunal. “Sacrificar a Mickey no elimina el dolor o las lesiones de Kevin. Lo único que hace es matar a un pobre perro inocente”.
Schill trabajó gratis a solicitud del Proyecto Lexus, una organización sin fines de lucro de Nueva York que recaudó dinero para la defensa del perro y es su fideicomisario.
Por su parte, la madre del niño, Floridalma Vicente, tuvo que renunciar a su trabajo como trabajadora de limpieza en un motel para cuidarlo, de acuerdo con The Arizona Republic. La mujer, quien tiene otros dos hijos en su natal Guatemala, dijo que agradece las donaciones y regalos que han llegado desde que perro mordió al niño en la cara el 20 de febrero, pero que no puede entender
“Me perturba que dieran más valor al animal que al niño, y eso me hizo sentir muy mal”, manifestó Vicente al Republic. “Si a ellos no les importa, a mí sí”.