El ébola todavía no ha infectado a nadie en suelo estadounidense: el único caso confirmado es el de un hombre que contrajo el virus en el extranjero. Sin embargo, proveedores de servicios sanitarios están lo suficientemente preocupados como para tomar una amplia variedad de precauciones.
No está claro aún si todos esos preparativos son una exageración, o si no serán suficientes, pero funcionarios médicos y expertos en salud dice que, al menos, el miedo les está dando una oportunidad de reforzar y probar los procedimientos de control de infecciones.
"La atención ha sido, tristemente, muy útil", dijo Richard Wenzel, un epidemiólogo de la Universidad Commonwealth de Virginia y ex presidente de la Sociedad Internacional para Enfermedades Infecciosas.
Dijo que incluso hospitales pequeños alejados de centros de viajes internacionales deberían revisar ahora sus protocolos y preguntas y potencialmente comprar equipamiento de protección como mascarillas y trajes de aislamiento, para evitar que se repitan los problemas ocurridos en el hospital de Dallas, donde un hombre con ébola fue enviado a casa - y que dos días después tuvo que ser ingresado.
Hospitales de todo el país están teniendo abundantes oportunidades para probar sus procedimientos de control de infecciones debido al creciente número de falsas alarmas.
En Nueva York, 24 pacientes han sido puestos en aislamiento en las últimas ocho semanas en centros propiedad de la ciudad por el miedo de que pudieran tener ébola, según Ross Wilson, jefe médico de la Corporación de Hospitales y Salud de la ciudad.
Ninguno de ellos padecía la enfermedad (algunos tenían malaria y otro tifus), pero Wilson dijo que lo importante había sido aislar los posibles casos rápido para eliminar las posibilidades de expansión del virus.
"Nos lo estamos tomando muy en serio", dijo.
Parte del personal ha sido reentrenado para colocar y retirar correctamente el equipamiento de protección y en el buque insignia de los hospitales públicos, el Bellevue Hospital Center, los técnicos están montando un laboratorio para realizar análisis solo a pacientes con ébola y que las muestras no contaminen los equipos en otras partes del centro. Además se han habilitado un pequeño número de camas en una zona de aislamiento para ubicar allí a los casos confirmados. Por el momento nadie ha tenido que usarlas.
Funcionarios del Centro para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, aunque ha pedido a los sanitarios que estén preparadas, han dicho en repetidas ocasiones que no creen que el país vaya a sufrir un brote como el que ha matado a miles de personas en Liberia, Sierra Leona y Guinea.
La tasa de mortalidad sería mucho más baja en Estados Unidos, debido a los cuidados más sofisticados, dicen los expertos. El ébola tampoco es tan contagioso como otras enfermedades como la gripe, que expande por el aire, o el VIH, que puede ser transmitido por una persona que no tiene síntomas.
Wenzel, el especialista en informaciones infecciosas en la Universidad Commonwealth de Virginia, dijo que para estar realmente preparado contra el virus, los responsables deberían pensar más allá de las instalaciones sanitarias.
Por ejemplo, sugirió que conductores de taxi deberían recibir panfletos instándoles a preguntar a pasajeros enfermos de camino al hospital las mismas preguntas que realizan conductores de ambulancia y enfermeras: ¿Ha viajado últimamente a África Occidental?