Los cuatro yihadistas que atacaron un lujoso hotel en Trípoli, con saldo de al menos ocho muertos, se hicieron estallar hoy en el interior del inmueble tras varias horas de asedio por parte de las fuerzas de seguridad libias.
Los atacantes detonaron el cinturón de explosivos que portaban alrededor de las 13:57 hora local (11:57 GMT) después de que fuerzas de seguridad los acorralaron en el piso 21 del hotel Corinthia, informó el vocero de las operaciones de seguridad en Trípoli, Isam al Nas.
Durante más de cuatro horas, las fuerzas del orden libias rodearon el hotel Corinthia, muy frecuentado por extranjeros, después de que varios hombres armados hicieron estallar un coche bomba y mataron al menos a tres guardias de seguridad, antes de entrar en el edificio.
Un coche bomba explotó a las 09:00 horas locales (07:00 GMT) en las afueras del hotel, ubicado en el barrio diplomático de Trípoli, donde se ubican las embajadas de varios países y oficinas de las Naciones Unidas.
Tras la explosión se registró un tiroteo entre agentes de seguridad y hombres armados que pretendían entrar a la fuerza en el hotel, según reportes del diario Libya Herald.
Además de los tres guardias de hotel, otras cinco personas de nacionalidad extranjera murieron por los disparos de los atacantes, asimismo tres mujeres filipinas resultaron heridas.
A través de su cuenta de Twitter, el brazo del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Trípoli reivindicó el asalto contra el hotel, conocido por albergar a diplomáticos de todo el mundo, informó el centro estadunidense de vigilancia de páginas islamistas SITE.
Mahmoud Hamza, comandante de la llamada Fuerza Especial de Disuasión, dijo a la televisora satelital privada al-Nabaa, que la situación en el hotel está “bajo control”.
El lujoso hotel Corinthia, centro de reunión de oficiales gubernamentales, empresarios extranjeros y diplomáticos, era considerado un lugar seguro y un oasis en medio del caos instaurado en la ciudad desde la caída del líder Muamar Gadafi.
La seguridad en ese hotel ha decaído desde octubre de 2013, cuando el primer ministro Ali Zeida fue secuestrado allí por hombres armados, que lo liberaron horas después.