El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, llamó hoy a no hacerse ilusiones sobre el cumplimiento de lo acordado durante la cumbre de Minsk, donde se aprobó un alto el fuego a partir de la medianoche del sábado al domingo.
"No quiero que nadie se haga ilusiones. Y que yo parezca un ingenuo", dijo Poroshenko durante su visita a un centro de entrenamiento de la Guardia Nacional a las afueras de Kiev.
Poroshenko agregó que "aún falta mucho para lograr la paz y que nadie tiene la firme certeza de que las condiciones para la paz que fueron firmadas en Minsk se cumplirán".
"Hay esperanza de que, pese a todo, a partir de ahora la situación tome la senda del freno de la escalada, el alto el fuego y la retirada del armamento pesado. Y espero que precisamente ese camino nos conduzca a la paz", señaló.
El líder ucraniano comentó anoche el reunirse con varios dirigentes de la Unión Europea en Bruselas que la aplicación del acuerdo de paz no será fácil y lamentó que los rebeldes no aceptaran un alto el fuego inmediato.
La tensión es muy alta en el frente del Este de Ucrania, donde casi una veintena de civiles han muerto en las últimas 24 horas en las regiones de Donetsk y Lugansk.
En concreto, al menos cuatro personas murieron hoy en un ataque con fuego de artillería contra un café de la ciudad de Lugansk, uno de los principales bastiones prorrusos.
En cuanto al parte de guerra, el mando militar ucraniano reconoció 10 bajas en sus filas durante los combates con las milicias prorrusas.
El grueso de los combates se concentró en la zona de Debáltsevo, crucial nudo ferroviario situado a medio camino entre Donetsk y Lugansk, y sus alrededores, contra la que los separatistas emplearon misiles Uragán.
Poco después de la firma del acuerdo de paz en Minsk, los separatistas instaron el jueves a los miles de militares ucranianos que defienden Debáltsevo a que depongan las armas y abandonen la ciudad antes de que entre en vigor el alto el fuego el domingo.