El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, arremetió ayer con dureza contra Barack Obama, desde el mismo estrado reservado para el presidente de EU cuando se dirige al Congreso. Arropado por los republicanos y boicoteado por medio centenar de legisladores demócratas, incluido el vicepresidente Joe Biden, quien funge también como presidente del Senado, el mandatario derechista pintó un escenario apocalíptico si el gobierno estadunidense —junto al resto de las potencias del 5+1 (Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania)— sigue negociando con Irán un acuerdo sobre su programa nuclear.
A pesar de que Obama ha dicho en reiteradas ocasiones que no firmará ningún acuerdo si éste no desactiva para siempre la amenaza de que pueda fabricar bombas atómicas, Netanyahu aseguró que un pacto con Teherán llevará al mundo a una “pesadilla nuclear” y al pueblo judío a “otro intento de destrucción”.
“Un acuerdo tan malo como el que busca [el 5+1] no bloquea el camino de Irán hacia la bomba, allana el camino para que Irán consiga la bomba”, aseguró, argumentando que no se fía de la eficacia de los inspectores que serían enviados para asegurar que el programa nuclear iraní sea estrictamente pacífico.
Netanyahu, que buscaba un golpe de efecto de cara a las elecciones, que se celebran en sólo dos semanas, intentó asimismo mezclar el peligro iraní con el terrorismo yihadista, al señalar que “la batalla entre Irán y el Estado Islámico no debe convertir a Irán en un amigo de Estados Unidos”.
“Acabar con el EI y dejar que Irán consiga armas nucleares sería ganar una batalla, pero perder la guerra”, declaró.
Respuesta de Obama. Tras el acto, Obama consideró que Netanyahu no dijo “nada nuevo”, ya que “nadie pone en duda” que el régimen iraní “ha amenazado repetidamente a Israel”.
El mandatario demócrata subrayó que el “asunto central” es cómo evitar que Irán obtenga un arma nuclear, por lo que retó al primer ministro israelí a que ofrezca “alternativas viables” a dialogar con Irán, como está haciendo su secretario de Estado en Ginebra, John Kerry.
Quien sí estuvo en el Congreso fue la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien se declaró “muy entristecida por el insulto a la inteligencia de EU” que ejerció Netanyahu, cuando trató de vender al Congreso la idea de que la Casa Blanca no es consciente del peligro nuclear iraní. “He estado al borde de las lágrimas durante todo el discurso del primer ministro”, declaró.
“Hoy Netanyahu reiteró algo en lo que todos estamos de acuerdo: un Irán con armas nucleares es inaceptable. Todos hemos dicho que un mal acuerdo es peor que ningún acuerdo, y detener el desarrollo de armas nucleares es la piedra angular de nuestra política exterior y de seguridad nacional”, añadió Pelosi.
“Poco convincente”. Dos de los diarios más influyentes de EU, The New York Times y The Washington Post escribieron que el discurso “poco convincente” y “teatral” de Netanyahu fue más bien un mitin para mostrar su dureza de cara a una reelección que no la tiene del todo asegurada, según las encuestas.
Desde Israel, su adversario político, el jefe de la oposición israelí y líder del Partido Laborista, Itzjak Herzog, dijo que “no hay duda que Netanyahu sabe dar discursos, pero el discurso que hemos escuchado, por muy impresionante que sea, no ha parado ni parará el programa nuclear iraní”.
La cuestión, dijo, “no es si es un acuerdo malo, sino cómo impedimos un acuerdo malo”.
Además, señaló, “el discurso atenta contra las relaciones con EU, nuestro y ha abierto una brecha con nuestro mejor aliado estratégico. Lo doloroso es que, después de los aplausos, Netanyahu se va solo e Israel queda aislado”.