En las redes sociales se ha difundido una foto que muestra a alguien poniendo una pistola en la cabeza del fiscal y en una pared la bandera y simbología del ultraizquierdista Partido-Frente de liberación popular-Grupo marxista revolucionario (DHKP-C).
Varios medios turcos han informado de que se han oído disparos en el edificio y la policía ha desplegado un gran operativo con comandos de elite.
Los secuestradores, dos personas según la policía, se encuentran en el sexto piso del edificio, donde está el despacho del fiscal.
Estambul resultó hoy en gran parte paralizada debido a un masivo apagón eléctrico de causas desconocidas en todo el país, lo que aumenta la confusión en torno a lo sucedido.
Un comunicado difundido en un sitio web cercano al grupo armado asegurada que los secuestradores exigen a las autoridades que satisfagan varias demandas o amenazan con matar al fiscal.
Entre esas demandas está una confesión en directo de los policías sospechosos de matar a ese menor durante las manifestaciones de Gezi y que se facilite a los secuestradores una salida segura del lugar.
Fuentes de la Fiscalía han asegurado a "Hürriyet" que se están llevando a cabo negociaciones entre el grupo de secuestradores y la policía "a través de un mediador que ellos escogieron".
Berkan Elvan era un menor turco que falleció a consecuencia del disparo de un bote de gas por agentes de la policía después de permanecer durante nueve meses en coma.
El chico de 14 años fue alcanzado en la cabeza en junio de 2013 por un bote de gas cuando iba a comprar el pan en un barrio de Estambul, y murió en marzo de 2014, lo que suscitó una ola de indignación en Turquía.
El fiscal Kiraz se hizo cargo de la investigación del polémico caso hace seis meses.
Un diputado del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) asegura que habló con el padre de Elvan, que ha solicitado que se libere al fiscal, según "Hürriyet".
"Mi hijo ha muerto, pero otra persona no debe morir", habría dicho el padre de Elvan, según el diputado Hüseyin Aygün.
El DHKP-C se atribuyó en enero un atentado contra una comisaria de Estambul en el que murió un policía y una terrorista suicida en el histórico distrito de Sultanahmet.
El grupo justificó su acción como una forma de "castigar" a los "asesinos" de Berkin Elvan.
En 2013 otro terrorista suicida de este grupo armado se hizo explotar ante la embajada de Estados Unidos en Ankara y mató a un guardia de seguridad turco que vigilaba la entrada de la legación diplomática.
Para muchos en Turquía Elvan se ha convertido en un símbolo de la violenta represión por parte del Gobierno de las protestas de 2013, y de la deriva autoritaria del Ejecutivo islamista que rige el país desde 2002.