Los Ángeles, 30 de junio (The Huffington Post/SinEmbargo).– La salud del Presidente de México, Enrique Peña Nieto, es tema de conversación y especulaciones luego de que la semana pasada se sometió por segunda vez a una intervención quirúrgica en menos de dos años.
Analistas de la vida política mexicana coinciden en que al mandatario se le ve demacrado, lejos de la imagen fresca y jovial que lo hizo popular en su etapa como Gobernador del Estado de México.
Peña Nieto fue operado por primera vez como Presidente de la República el 31 de julio de 2013. En aquella ocasión se le extirpó un nódulo tiroideo de la garganta que según los médicos fue benigno.
Para el columnista de La Jornada, Julio Hernández López, ese fue el punto de partida de una debacle en la salud e imagen del político mexiquense.
“A aquella intervención delicada ha sucedido una paulatina desmejoría en la apariencia física de quien cumplirá medio siglo de vida el próximo 20 de julio. A pesar de los enormes recursos materiales de que dispone la Presidencia de la República, no ha sido posible mantener el vigor y la frescura en la imagen de un político que precisamente creció y avanzó en su carrera gracias a esa prestancia gráfica. Las fotografías a larga distancia o las tomas especiales que suministra la oficina de prensa de Los Pinos no logran ocultar la delgadez, el rostro demacrado, la angulosidad remarcada y otros detalles que abonan las percepciones de una mala salud en espiral ascendente.”
Hernández aseguró en su columna Astillero que las evidencias de algún mal en la salud de Peña Nieto no se circunscriben a su imagen, también pasan por su conducta, sus continuos yerros en discursos y olvidos de conceptos básicos como las capitales de los estados.
“Aun cuando la desmemoria, la confusión y los tropiezos verbales no son características surgidas en él en años recientes, pareciera que se han agudizado de 2013 a la fecha…”.
El periodista Rafael Loret de Mola Vadillo fue más allá y sugirió en un video publicado en YouTube, que hay tres episodios en la vida de Peña Nieto que se conectan y que tienen que ver con cáncer.
“Desde 2011, en octubre exactamente, fue sometido a una intervención para extirparle un tumor que resultó dicen benigno de cáncer en la próstata, todavía en estado de incubación, pero lo extraño es que en 2013, en julio 31 para ser exactos, fue sometido a una nueva operación, ahora para extraerle nódulos tiroideos que finalmente pueden ser relacionados con la enfermedad original, la del cáncer, es decir un cáncer expansivo. Lo que se ha confirmado en este fin de semana, en el que fue claro que la operación que sufrió en la vesícula no tiene que ver con un cáncer directo, es que podría ser secuela de ese explosivo mal que en un momento rápido puede cubrir todo el cuerpo y ser irreversible”.
Loret de Mola también rememoró los despistes del Presidente, aseguró que se tratan de “lagunas mentales” que denotan que todo su organismo no funciona bien, por lo que debería pedir licencia.
“La ciudadanía debe estar muy al pendiente, porque lo que no podemos tolerar es que haya un Presidente que no tiene al 100% sus capacidades”, concluyó en un comentario que se ha vuelto viral.
Las versiones de la precaria salud de Peña Nieto no son nuevas. El 9 de junio de 2014 la periodista Sanjuana Martínez publicó en SinEmbargo que la oficina del Presidente intentaba ocultar lo evidente.
“La enfermedad ‘secreta’ de Peña Nieto cada día va dejando de ser ‘secreta’, porque Presidencia de la República no puede tapar el sol con un dedo y al igual que sucede con los embarazos, cada día es más visible el avance de cualquier padecimiento”, explicó.
“‘Está en los huesos’, me dijo un amigo que recibió un premio de parte del Gobierno federal. ‘Me dio la mano y me abrazó y en ese momento sentí que era como un esqueleto’. Peña Nieto está en los huesos, ojeroso, demacrado, enfermo”, reveló Martínez citando una fuente anónima.
Ricardo Alemán condenó en su espacio en El Universal las versiones que sin sustentodañan la imagen del Presidente: “El daño a la imagen de la figura presidencial es demoledor. Y en todo daño a las instituciones los ciudadanos son los más afectados”.
“Resulta intolerable para la democracia mexicana y para razón de ser de toda democracia – los ciudadanos – que por vendettas partidistas o por lucimiento irresponsable se aventuren quebrantos físicos o emocionales de los presidentes mexicanos sin más prueba que un dicho delirante”, estableció, aunque precisó que la salud del mandatario en turno es de interés público.
Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia de la República, ha insistido una y otra vez en que Peña Nieto está apto para desempeñar sus funciones y no tiene ninguna enfermedad grave o crónica.
“Es una persona que tiene una serie de actividades intensas y goza de cabal salud, no tengo, definitivamente, ningún dato que muestre algo en contrario”, dijo enfático tras la operación del viernes el director del Hospital Central Militar, Fernando Arcaute Velázquez.
En un intento da acallar los rumores Peña Nieto reapareció públicamente a sólo unas horas de haber sido intervenido el viernes pasado. “Me siento muy bien, tanto física como anímicamente, con las molestias postoperatorias naturales”, dijo a su salida del hospital militar.
El presidente mexicano canceló algunos eventos en su agenda la semana pasada, pero retomó sus actividades este lunes cuando recibió a los Reyes de España en visita oficial. No se anticipan cambios en los compromisos pactados previamente.
La legislatura mexicana vigente contempla la designación de un presidente de relevo en caso de incapacidad.