La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, propuso al inaugurar la sesión 68 de la Asamblea General de la ONU crear una regulación internacional para evitar el espionaje entre países, pues representa una "afrenta" a principios mundiales.
"Brasil presentará propuestas para el establecimiento de un marco civil multilateral para el gobierno y el uso de internet y para garantizar la efectiva protección de datos que viajan mediante la red", expresó como primera oradora de la Asamblea.
Destacó que el espionaje afectaba a toda la comunidad internacional y que demandaba una respuesta unificada, debido a que "la información, las telecomunicaciones y las tecnologías no pueden ser los nuevos campos de batallas de los Estados".
La mandataria explicó que el espionaje de Estados Unidos a su país representa una violación a "los derechos humanos, la libertad de expresión y la privacidad", y que ya ha exigido al gobierno de este país una disculpa y la garantía de que el suceso no se repetirá.
Rousseff propuso que los mecanismo que debía crear la comunidad internacional necesitaban garantizar la neutralidad en la red de telecomunicaciones, y que ésta fuera operada sólo con criterios técnicos y éticos, que "hicieran inadmisible" su uso por otras razones.
La presidenta brasileña llevó así a la máxima tribuna de la diplomacia internacional la queja que había causado que suspendiera su gira a Washington, programada para octubre, debido a que lo considera "un asunto de gran importancia y gravedad".
Rousseff arrancó así con la sesión de la Asamblea General, en que participarán este martes unos 30 jefes de Estados y de gobierno, entre los que destacan los mandatario de Estados Unidos, Barack Obama, y de Francia, Francois Hollande, así como el nuevo líder iraní Hasan Rouhani.
En total, participarán a partir hasta el 2 de octubre próximo más de 130 jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo, además de unos 60 funcionarios de nivel ministerial.
Por su parte, en un mensaje de bienvenida a las delegaciones, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, abordó el tema de Siria, y llamó a la comunidad internacional a llevar ante la justicia a los responsables del uso de armas químicas en ese país.
Urgió además al Consejo de Seguridad a aprobar una resolución que fuera legalmente vinculante, y que incluyera consecuencias en caso de incumplimiento, con el fin de promover la destrucción del arsenal químico en Siria.