Más de un centenar de miembros de las fuerzas de seguridad, entre policías y militares, resultaron heridos hoy a consecuencia de una explosión de una granada lanzada por un radical junto a la sede del Parlamento de Ucrania, informó la Policía de Kiev.
El incidente se produjo durante enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes radicales que protestaban por la aprobación de una reforma constitucional para descentralizar el país, considerada por los nacionalistas una concesión inaceptable a los separatistas prorrusos del este de Ucrania.
El jefe de la Policía de Kiev, Alexandr Tereschuk, informó de que el hombre que arrojó la granada contra los agentes de seguridad ya ha sido detenido y en estos momentos está siendo identificado.
"Tengo información acerca de muertos, chicos que están velando por el orden público en Kiev", dijo el alcalde de Kiev, Vitali Klitshckó, en declaraciones a la televisión ucraniana "112 Ukraina", sin que se haya confirmado por otras fuentes.
Poco antes, la Guardia Nacional de Ucrania, cuerpo de seguridad militarizado que depende del Ministerio de Interior, informó de que cuatro de sus miembros están en estado grave.
Uno de los policías perdió las dos piernas, mientras que "ningún de los manifestantes resultó herido", según Tereschuk.
"¡La provocación junto a la Rada Suprema ha dado resultado! Acaban de lanzar una granada contra los militares que custodian la Rada", escribió en Facebook el diputado ucraniano Antón Gueráschenko.
Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes nacionalistas empezaron después de la aprobación, en primera lectura, de la reforma constitucional sobre la descentralización del país.
La descentralización es uno de los puntos de los acuerdos de Minsk, de febrero pasado, para el arreglo del conflicto en las regiones orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk.
Los radicales, que se concentraron junto a la Rada a primera hora de la mañana, protestaban por la disposición transitoria sobre un "régimen especial de autogobierno en determinadas zonas de las regiones de Donetsk y Lugansk".
Aunque las enmiendas, propuestas por el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, no incluyen la concesión de un estatus especial a las zonas controladas por las milicias separatistas prorrusas, los sectores nacionalistas las consideran una concesión inadmisible a los rebeldes.