Tras años de retrasos en la construcción, autoridades estadounidenses y mexicanas inauguraron el jueves un puente internacional en una zona rural que se espera impulse el comercio transfronterizo entre Texas y México.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto se sumó a representantes estadounidenses para inaugurar el Puerto de Entrada y Puente Internacional Tornillo-Guadalupe. El puente sobre el río Grande (conocido en México como río Bravo) sustituye al estrecho puente internacional de Fabens-Caseta, inaugurado hace 77 años y que se encuentra unos 650 metros río abajo del nuevo cruce.
En declaraciones, Peña Nieto respondió a los comentarios incendiarios de algunos conservadores estadounidenses sobre cuestiones de seguridad a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.
"El camino de Norteamérica no puede basarse en miedos, rencores o falsas acusaciones. El camino de Norteamérica se debe seguir construyendo a partir de la confianza, la apertura y la integración", afirmó. "En un mundo de incertidumbre, volatilidad y elevada competencia, los países de Norteamérica, lejos de aislarnos, debemos integrarnos más, debemos facilitar el comercio y la movilidad de personas, y debemos seguir consolidando una economía regional fuerte, dinámica e innovadora".
El secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Jeh Johnson, compartió el deseo de que el cruce forje lazos comerciales más sólidos entre Estados Unidos y México.
"El comercio transfronterizo sigue siendo una parte crucial de nuestra relación binacional, y seguiremos colaborando con nuestra contraparte mexicana para construir la infraestructura necesaria para facilitar el comercio legal a lo largo de nuestra frontera suroeste", apuntó.
Los promotores del proyecto esperan que la obra, que costó 96 millones de dólares, detone un auge económico y atraiga a plantas de manufactura y largas filas de camiones a una zona ahora remota del sureste, arrebatando tráfico a los dos congestionados pasos entre Ciudad Juárez, México, y El Paso. Pero tras una ceremonia de inicio de las obras en 2011, la construcción se vio afectada por falta de financiamiento del gobierno mexicano.