El líder de la minoría demócrata del Senado de Estados Unidos, Harry Reid, criticó ayer duramente al aparato del Partido Republicano, al que acusó de permitir el ascenso del magnate Donald Trump, quien se consolidó como el candidato conservador favorito a la Presidencia del país en las primarias del supermartes.
“Donald Trump es el Frankenstein del Partido Republicano. Los republicanos han pasado los últimos ocho años alimentando el fuego del resentimiento y el odio, la construcción de Trump pieza por pieza”, aseveró el líder demócrata en el pleno de la Cámara alta.
Las declaraciones de Reid se producen después de que Trump ganase este martes siete de los 11 estados que estaban en juego en las elecciones primarias republicanas.
“Cosechan lo sembrado”. Reid, senador demócrata por Nevada, lamentó que después de que los republicanos “se negaran” durante años a trabajar con los demócratas y con el presidente Barack Obama, para legislar por los ciudadanos, ahora están “cosechando lo que han sembrado”.
“Donald Trump es el cumplimiento final del legado de la obstrucción y el resentimiento del Partido Republicano”, insistió.
“Finjen indignación”. “Hoy, la clase dirigente republicana aparenta estar sorprendida por Trump. Fingen indignación de que un demagogo xenófobo esté ganando en un partido que se ha pasado años diciéndole a los latinos e inmigrantes que no son bienvenidos en Estados Unidos”, añadió el senador demócrata.
Según Reid, ahora “todo depende de que los republicanos denuncien a Donald Trump para tratar de deshacer lo que han hecho. Es hora de que los republicanos detengan el Frankenstein que han creado”.
Si bien el liderazgo republicano del Congreso se ha distanciado de algunas de las políticas de Trump, también han sido reacios a sugerir públicamente que no lo apoyarían como candidato del partido.
Quince días. Mientras tanto, la cuenta atrás para definir quién será el candidato presidencial republicano ha comenzado. El 1 de marzo se celebra el segundo Supermartes, con todas las miradas puestas en Florida, el estado que aportará esa noche más delegados y el feudo del senador Marco Rubio, el favorito de la dirigencia del partido. Tras su pobre desempeño hasta ahora en las primarias —sólo ganó Minnesota—, Rubio debe ganar en su estado si quiere seguir siendo una opción y si quiere frenar la carrera imparable del magnate hacia la nominación.
El tercer candidato, Ted Cruz, intentará, por su parte, una victoria en Florida, que se sume a las cuatro ya logradas (tres estados en el Supermartes, entre ellos Texas y Alaska). De esta manera, intentará forzar la renuncia de Rubio, como le pidió sin éxito la noche del Supermartes, y que la dirigencia del partido confíe en él como único rival con posibilidades de impedir que Trump sea el candidato presidencial.
Por su parte, el magnate neoyorquino intentará una victoria en Florida para forzar a la dirigencia del Partido Republicano a que se una a su candidatura y sea irreversible su nominación. De momento, las encuestas anuncian que ganará también allí.