El líder cubano Fidel Castro rompió ayer su silencio sobre la histórica visita a la isla del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con un artículo en el que afirma que deja patente su desconfianza sobre las verdaderas intenciones de la política de deshielo emprendida por el mandatario demócrata.
“No necesitamos que el imperio nos regale nada”, precisó Castro en un artículo titulado “El hermano Obama” que publicaron ayer los medios oficiales de la isla.
En su escrito, Castro calificó de “las palabras más almibaradas” las pronunciadas por Obama durante su discurso al pueblo cubano del martes de la semana pasada, en el que defendió la democracia como el mejor sistema de gobierno y defendió la reconciliación entre cubanos y estadunidenses, con numerosas menciones al exilio, aunque subrayó que su intención no es imponer cambios a Cuba.
Obama apostó por “olvidar el pasado y mirar el futuro” y se refirió a cubanos y estadunidenses como “amigos, familia y vecinos”; palabras un tanto “almibaradas” a juicio de Fidel Castro, que en agosto cumplirá 90 años y que en 2006 delegó el poder en su hermano Raúl, artífice de ese giro diplomático histórico al restablecer relaciones con el otrora enemigo.
“Riesgo de infarto”. Pese a la mano tendida de Obama, Fidel reaccionó con ironía y con la misma hostilidad hacia “el imperio” que mostró durante su medio siglo al frente del régimen comunista: “Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del presidente de Estados Unidos”.
“Tras un bloqueo despiadado que dura ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?”, aclara Fidel sobre los olvidos históricos del discurso de Obama.
Por tanto, el octogenario líder revolucionario advirtió de que “nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”.
“Visita impactó”. El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que “el hecho de que [Fidel Castro] se sintiera obligado a responder de forma tan contundente es una indicación del significativo impacto de la visita del presidente Obama a Cuba”.
Earnest destacó que dos periodistas estadunidenses pudieron hacer preguntas al mandatario cubano, Raúl Castro, sobre los derechos humanos en la isla durante una conferencia de prensa en La Habana. “Estas son cosas que nunca han pasado antes, y creo que eso genera más presión sobre el Gobierno cubano. La respuesta del ex presidente [Fidel Castro] es una indicación de que el viaje tuvo su efecto previsto”, subrayó el portavoz.