El ex dictador de Chad, Hissène Habré, apodado el “Pinochet africano”, fue condenado ayer en Senegal a cadena perpetua y a la confiscación de todos sus bienes por un tribunal especial de la Unión Africana, poniendo así fin a más de 26 años de impunidad y a un asilo dorado en Dakar, donde logró refugiarse tras perder ser derrocado en 1990 por el actual mandatario de ese país centroafricano, Idris Deby Itno.
El tribunal especial de la Unión Africana (UA), compuesto exclusivamente por jueces africanos y encabezado por el magistrado de Alto Volta Gberdao Gustave Kam, declaró “culpable de crímenes contra la humanidad, de violaciones y relaciones sexuales forzosas, de raptos y de torturas” a Habré, en cuyo mandato se registraron unos 40 mil asesinatos políticos, más de 200 mil casos de tortura y decenas de miles de violaciones de mujeres.
“Agentes del imperialismo”. Tras conocer la sentencia, Habré, vestido con su tradicional túnica blanca y turbante de mismo color, tachó al tribunal de “neocolonial” y a los jueces de “agentes del imperialismo”. El exdictador, que tiene 15 días para recurrir el fallo, recibió aplausos de apoyo de sus seguidores, a quienes respondió levantando las manos en signo de victoria antes de salir custodiado por sus guardias.
“Se acabó la impunidad”. El veredicto fue acogido por una salva de aplausos y gritos de alegría de decenas de víctimas presentes en la sala del tribunal.
“Llevábamos 25 años esperando este momento histórico. Este veredicto nos llena de alegría, pues confirma que no se han quedado vanos los esfuerzos nuestros para juzgar y condenar a Habré por sus crímenes”, comentó Clément Abaifouta, presidente de una de las asociaciones de víctimas.
Por su parte, el abogado de las víctimas, Assane Ndiaye, interpretó el veredicto como un mensaje dirigido a todos los mandatarios africanos. “A partir de este momento, los dirigentes africanos entenderán que no se pueden permitir todo en el poder. Este veredicto de un tribunal africano juzgando a un ex mandatario africano pone de manifiesto que se ha acabo definitivamente la era de la impunidad”, sostuvo Ndiaye.
Euforia. Tras conocer la sentencia, el español Baltasar Garzón, uno de los primeros jueces en aplicar la justicia universal, en su caso contra Pinochet, declaró que “es un fallo histórico para las víctimas, para África y para el mundo”.
El secretario de Estado de EU, John Kerry, elogió el “valor” de las casi 100 víctimas que testificaron en el juicio contra Habré. “Las verdades descubiertas a través de un juicio justo e imparcial traerán algo de paz a miles de víctimas y a sus familias”, declaró.
A juicio de Kerry, esta condena envía “el mensaje a otros autores de atrocidades masivas, incluso los que están en los niveles más altos y entre ellos ex jefes de Estado, de que tales acciones no serán toleradas y serán llevadas ante la justicia”.
Para Amnistía Internacional, “esta decisión histórica debería dar ímpetu a la Unión Africana y a los Estados africanos para que reproduzcan estos esfuerzos para hacer justicia con las víctimas en otros países del continente”.
Esta es la primera vez en la historia que un dictador africano es juzgado por un tribunal de otro país del continente, y todo ello a instancias de sus propias víctimas, que fueron apoyadas por diferentes asociaciones internacionales de derechos humanos.