El ex marine estadunidense Kevin Scott Sutay regresó ayer a la libertad tras cuatro meses en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), gracias a un discreto operativo en el que participaron el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y representantes de los Gobiernos de Cuba y Noruega.
Sutay fue hecho cautivo el pasado 20 de junio en el municipio de El Retiro, en Guaviare, hasta donde llegó pese a las advertencias de la Policía y de los lugareños de lo peligroso que era atravesar a pie la selva colombiana y llegar a Brasil “para buscar tigres” y poner a prueba sus capacidades.
El rehén estadunidense fue entregado por el Bloque Oriental de las FARC a la comisión humanitaria que después acompañó al joven de 27 años a Bogotá, donde le esperaban representantes de la embajada de EU.
“Folclórico gringo”. Nacido en Nueva York, el ex marine perteneció a la Armada estadunidense entre noviembre de 2009 y marzo de 2013 y participó en la guerra de Afganistán como experto antiexplosivos en 2010 y 2011, motivo por el cual la guerrilla le acusó en un primer momento de “mercenario”.
Pero después se probó, como afirmaron las autoridades estadounidenses, que se trataba de un joven trotamundos que llegó a Colombia después de un viaje por México, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y Panamá.
Las FARC divulgaron el pasado 7 de octubre un documento en el que reproducían las conversaciones que habían mantenido con el joven, a quien definieron como un “folclórico gringo, mascador de chicles y fumador de mariguana, que con un morral a la espalda, bluyines y unos cuantos dólares en el bolsillo, se lanza a conocer y recorrer el mundo”.
“Se trata de un gringo típico, de esos que a veces trata de estereotipar Hollywood: bueno, ingenuo, noble y despistado”, agregó la guerrilla, que reprodujo supuestas declaraciones del ex marine
“Yo disfruto mi tiempo aquí en la selva, es una pena que usted me diga que no voy a poder estar más aquí, ustedes realmente son gente buena, me gustaría estarme por más tiempo”, habría dicho Sutay, quien al parecer estaba obsesionado con “ver un tigre”, animal que no existe en las selvas colombianas y que él define como “listo y adorable”.