La ex secretaria de Estado Hillary Clinton fue homenajeada ayer en Los Ángeles por su contribución a fortalecer las relaciones entre México y EU en un acto calificado de “apolítico” que, no obstante, tuvo como trasfondo las posibles aspiraciones presidenciales de la demócrata para 2016.
Clinton, que recientemente cumplió 66 años, recibió el premio Hermandad de la Mexican American Leadership Initiative (MALI), creada por la U.S.-México Foundation, en un desayuno acogido por la Universidad del Sur de California (USC), donde fue ovacionada por cerca de 500 comensales, la mayoría de origen hispano.
Entre los asistentes se encontraron la ex secretaria de Trabajo Hilda Solís, el ex secretario de Vivienda Henry Cisneros, el ex secretario de Comercio Carlos Gutiérrez, la senadora por California Barbara Boxer, y el alcalde de San Antonio (Texas), Julián Castro.
Clinton evitó abordar cualquier cuestión relativa a sus planes de futuro —es la demócrata que más suena para pelear por la Casa Blanca en 2016—, aunque sí proyectó sus ideas sobre la relación que debería existir entre EU, México y América Latina.
La mujer del ex presidente Bill Clinton apostó por una mayor cooperación en materia energética que pasa por tender una red eléctrica compartida y transfronteriza.
“Clave para EU”. México, a juicio de Clinton, “es clave para EU” ya que ambos países tienen no solo “una responsabilidad compartida”, sino un “futuro compartido”.
“No puedes tener el tipo de relación que yo quiero ver con nuestros amigos en México si no está claro cuál es tu papel y por mucho tiempo EE.UU. no ha reconocido el rol que juega en el narcotráfico, y en otros problemas que afectan a las vidas de muchos mexicanos”, declaró.
Hillary Clinton fue interrumpida varias veces durante su discurso, como si de un mitin electoral se tratara, en el que no faltó una mención a favor de la reforma migratoria tan demandada por la comunidad latina cuyos votos son vitales para cualquier candidato a suceder a Barack Obama.