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Lunes, 02 Diciembre 2013 21:16

EPN: Un año de gobierno, un año de protestas

Por: Redacción / Sinembargo

Este 2013, al que ahora le quedan escasos 31 días para concluir, quedará marcado en la memoria reciente de los mexicanos como el año de las grandes protestas sociales contra el gobierno federal. Desde el primer día en que Enrique Peña Nieto asumió como Presidente de México, el 1 de diciembre de 2012, hasta este fin de semana en que se concreta un año de su gobierno, las ciudades más importantes del país, los pueblos e incluso las comunidades más alejadas del desarrollo han sido escenario de manifestaciones públicas contra las políticas aplicadas por la actual administración priista. Aquél 1 de diciembre, la toma de protesta del Jefe del Ejecutivo federal, quien llegó cuestionado por el dispendio ejercido en su campaña y el rechazo de organizaciones de la sociedad civil a la cobertura parcial que medios de comunicación, como Televisa, dieron al priista, fue de claroscuros. Por un lado, los enfrentamientos entre manifestantes y las policías federal y capitalina convirtieron las inmediaciones del Palacio Legislativo de San Lázaro y el Centro Histórico de la capital del país en un campo de batalla. Decenas de detenidos, decenas de golpeados, vandalismo y destrucción, fue el saldo. Luego vinieron las evidencias en contra de las autoridades, que demostraron carecer de una estrategia de seguridad respetuosa de los derechos humanos e incapaz de detener a quienes realmente fueron responsables de los desmanes. Por el otro lado, el joven Presidente, representante del “nuevo” PRI, ofreció desde Palacio Nacional un discurso que no a pocos les pareció esperanzador, tras 12 años de gobiernos panistas en el que México se sumió en la violencia y en mayor pobreza. En esa ocasión citó cinco ejes con los que conduciría su gobierno: 1. Lograr un México en paz. “Para ello trabajaremos con estrategia con una coordinación entre los órdenes de gobierno a fin de combatir la impunidad. No habrá seguridad mientras no haya justicia”. 2. Lograr un México incluyente y eliminar la pobreza. “Los padres de familia deben tener lo suficiente para el sustento diario de sus hijos”. 3. Lograr un México con educación de calidad para todos. “Tenemos que estar al nivel de las naciones desarrolladas, tenemos que ser ciudadanos de México y el mundo capacitados para competir con éxito en la era moderna”. 4. Un México próspero. “Debemos explotar en forma sustentable y audaz los recursos del país para que su producto llegue al bolsillo de los mexicanos de hoy y mañana”. 5. Un México que sea un actor con capacidad global. “Tenemos que ser un factor de estabilidad en un mundo convulso, promoveremos un orden más justo y un mundo sustentable en el siglo XXI”. Luego, Peña Nieto afirmó: “Es el momento de México”, y los asistentes [empresarios, intelectuales, deportistas, figuras del espectáculo y políticos] le respondieron con una gran ovación. “El momento de México”, sin embargo, pronto pasó a segundo término. En los primeros tres meses de gobierno se evidenció que la estrategia de los cinco ejes rectores no daría prontos resultados. La economía sufrió un rápido deterioro, el número de pobres aumentó en el país y el desempleo ha tocado sus máximos históricos. En términos del combate a la violencia, ésta repuntó en diversos estados del país –principalmente en Michoacán, donde hoy el gobierno a todos los niveles es puesto a prueba por los criminales– y, además, delitos como el secuestro y la extorsión han tomado auge; el gobierno aún no concreta la depuración policiaca ni el arranque de una estrategia de seguridad, basada en una Gendarmería Nacional; no se han dado pasos concretos para abatir los abusos de los derechos humanos; hay más abusos por parte de las fuerzas militares, etcétera. En general, coinciden analistas nacionales y extranjeros, EPN ha seguido los mismos y criticados pasos de su antecesor, el panista Felipe Calderón Hinojosa. A favor de Peña Nieto, debe reconocerse, están las reformas alcanzadas hasta. Son cambios que estaban pendientes desde hace muchos años. Sin embargo, diversos especialistas consideran que los beneficios de esos cambios en materia de educación, telecomunicaciones, transparencia, fiscal y hacendaria, entre otras, no serán suficientes para, en un corto y mediano plazos, revertir las enormes carencias de los mexicanos. Ahora mismo están en riesgo dos de las principales reformas por la que pugna este gobierno: la Política y la Energética. Ambas, según los expertos, tampoco producirán beneficios inmediatos a la población. Ha sido un año duro para el Presidente y mucho más para la sociedad mexicana, en la que verdaderamente recae el peso de las fallas en la aplicación de políticas públicas. Un año de retroceso en la producción y en la generación de riqueza. Un año que suma pendientes en materia de desigualdad social. Un año donde más y más corrupción, y abusos de políticos han salido a flote, sin que se ponga en alto la impunidad. Y no, no se desea que al Presidente le vaya mal, al contrario: por el bien del país y de todos los ciudadanos, ojalá y haya ajustes, corrección en el rumbo, cambio de estrategias y hasta de funcionarios de primer nivel, de cara a un 2014 que, sin duda, tampoco será fácil. ¡Feliz fin de semana!

 

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