Está aquí: HomeNacionalTelevisa, el “orgullo” del Presidente
Martes, 09 Diciembre 2014 19:49

Televisa, el “orgullo” del Presidente

Antes de que ayer, el Presidente Enrique Peña Nieto aprovechara un espacio en el Tercer Encuentro de Comunicación para expresar su “orgullo” porque una empresa como Televisa sea mexicana y produzca el mayor número de contenidos en habla hispana en toda Iberoamérica, los mexicanos ya sabíamos que es su compañía favorita y lo cercano que está a su dueño, Emilio Azcárraga Jean.

Sin meternos a fondo para recordar la parcialidad de esa compañía en la campaña electoral de 2012, sin repetir aquí cómo sus principales conductores de noticias y de programas de análisis se volcaron en apoyos al priista, sin mencionar que el mayor número de los spots que se reprodujeron entonces sobre el candidato priista se proyectaron en los canales de la televisora de Azcárraga Jean, y sin comentar que esa empresa sigue siendo la que capta el mayor porcentaje de la publicidad del gobierno federal, para los mexicanos será difícil olvidar que el 28 de noviembre pasado, y sólo 12 minutos después de que oficialmente se difundiera la muerte del comediante Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, el Jefe del Ejecutivo federal lanzó dos mensajes de condolencia desde su cuenta de Twitter [@EPN).

En el primero escribió: “Lamento profundamente el fallecimiento de Don Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”.

Mis condolencias a su familia”.

En el segundo planteó: “México ha perdido a un ícono, cuyo trabajo ha trascendido generaciones y fronteras”.

Sin embargo, el mandatario federal no reaccionó así ante la que ahora es calificada de una de las mayores tragedias que se hayan producido en el país, encima planeada y ejecutada por autoridades que son parte de la estructura del Estado: el brutal asesinato de seis estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa y el secuestro de otros 43 de ellos, el 26 de septiembre pasado en Iguala, Guerrero.

Para enviar un mensaje a los padres de familia de esos 49 alumnos y a la comunidad estudiantil de la Normal Raúl Isidro Burgos, el Presidente tardó 10 días. No fue sino hasta el 6 de octubre, cuando Peña Nieto fijó la posición de su gobierno en un breve discurso –de no más de cuatro minutos– en Palacio Nacional: “Al igual que la sociedad mexicana, como Presidente de la República, me encuentro profundamente indignado y consternado ante la información que ha venido dándose a lo largo del fin de semana.

“Lamento, de manera muy particular, la violencia que se ha dado y, sobre todo, que sean jóvenes estudiantes los que hayan resultado afectados y violentados en sus derechos en el municipio de Iguala.

La sociedad mexicana, los familiares de los jóvenes que lamentablemente se encuentran desaparecidos, demandan, con toda razón, el esclarecimiento de los hechos y que se haga justicia, que se encuentre a los responsables de estos hechos y que no quepa aquí impunidad alguna”. De aquel mensaje a la fecha, han pasado 64 días.

Ni se ha hecho justicia, ni se ha encontrado a los desaparecidos, ni se ha aplicado a fondo la ley contra los presuntos responsables intelectuales, y ni los familiares de los normalistas ni la sociedad mexicana han encontrado eco a sus exigencias de frenar la impunidad y, en particular, de ser escuchados cabalmente por el Presidente, el que por estos hechos y otros que se han sumado en las últimas semanas se encuentra sumido en la peor crisis de gobierno que se recuerda en décadas.

Sin embargo, EPN sí se da tiempo y espacio ante decenas de dueños de medios de México e Iberoamérica, reunidos en el Tercer Encuentro de Comunicación, para lanzar una lo a Televisa, empresa que también es protagonista de uno de los escándalos más sonados en los últimos tiempos y que ha envuelto al Presidente en dudas y señalamientos por conflicto de interés y corrupción no sólo en México sino a nivel internacional: el de la llamada “Casa Blanca”, que tiene un valor de 7.7 millones de dólares, que fue construida por una de las empresas mayormente beneficiadas en el sexenio de Peña Nieto en el Estado de México, de la que es dueña su esposa: la ex actriz consentida de la empresa de Azcárraga, Angélica Rivera Hurtado.

En fechas recientes, el diario The Wall Street Journal reveló que Grupo Televisa dio además dos propiedades, en 2004 y 2010, a la ahora Primera Dama de México, como parte de un paquete de compensación, mientras ella trabajaba en la empresa como actriz de telenovelas.

La segunda, otorgada por la empresa a Rivera Hurtado, se entregó cuando ya estaba casada con Peña Nieto, está situada en la avenida Las Palmas y tiene un valor de 2.2 millones de dólares.

Y hay una lista interminable de datos, documentados por la prensa nacional y en particular de la extranjera, de cómo Televisa apoyó a muerte al priista mexiquense para lograr la Presidencia de México, incluso impulsando sus programas para desprestigiar a su principal opositor en el proceso electoral de 2012: Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo, el Presidente no parece darse cuenta ni comprender la dimensión del problema en el que se encuentra él y, por desgracia, el futuro del país, pues la desconfianza que genera su gobierno ya hizo mella en el ánimo de los inversionistas que, de acuerdo con el discurso oficial, se volcarían sobre el país gracias a las reformas logradas por su gobierno. Por el contrario, se enorgullece de esa empresa, señalada por décadas por su parcialidad y por impedir el paso a expresiones de libertad y democracia en el país.

“Para algunos, déjenme decir, pudiera, Emilio [Azcárraga] lo entenderá y quienes están aquí como miembros de Televisa, pensar que es equivocado hacer un reconocimiento a esta gran empresa mexicana, pero para el Presidente de la República es motivo de orgullo tener a una empresa mexicana productora del mayor número de contenidos de habla hispana, que proyecta a nuestro país no sólo en las naciones de habla hispana, sino en el mundo entero”, afirmó ayer Peña Nieto, en una expresión que confirma muy poca sensibilidad, en momentos en que la ciudadanía le exige respuestas y aclarar no sólo lo de Ayotzinapa, sino transparentar su relación política y económica con la empresa de Emilio Azcárraga y los dividendos que esa liga le ha dejado a unos y otros.

 

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/09-12-2014/29823.

Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley y que NO puede publicarse sin autorización expresa y por escrito. Si cita este texto (es decir: toma algún párrafo), diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido.SINEMBARGO.MX

VIDEO DE INTERÉS

BANNERS DERECHA