El papa Francisco elevó ayer al cardenalato al arzobispo mexicano de Morelia, Alberto Suárez Inda, durante una ceremonia en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
En declaraciones con los medios, el nuevo cardenal mexicano señaló que ni siquiera piensa en convertirse en Papa, porque “quien tiene ambiciones es un mal candidato”.
Recordó que cualquier sacerdote u obispo puede llegar al pontificado, porque sólo basta con ser varón, bautizado y católico.
De esa manera minimizó el hecho de que, al haber sido integrado al Colegio de Cardenales, tiene más posibilidades de ser elegido pontífice en el futuro.
“(El Papa dice:) si te hacen fiestas y se alegran mucho acéptalo con humildad, pero que no se te suba, porque algunos toman grapa (aguardiente) en ayunas y se marean. Esa frase suya no es solamente simpática sino que tiene una gran enseñanza, que debe a todos hacernos humildes y nunca estar en un pedestal”, precisó.
Sostuvo que este nuevo encargo lo siente como un llamado a dar, ante el mundo, un testimonio de la alegría del Evangelio, sin dejar espacio al pesimismo y al derrotismo, sino teniendo siempre una gran confianza en las nuevas generaciones y en la vigencia del mensaje cristiano.
Reconoció que él ya pensaba en el retiro, tras haber sobrepasado la edad de jubilación obligatoria de los clérigos, establecida en 75 años, pero el líder católico le pidió que tenga paciencia y que siga sirviendo.
“Yo le agradezco al Papa que haya puesto los ojos en México, en Michoacán y en Morelia, para dar un gesto de cercanía, de cariño y de reconocimiento a toda una tradición cristiana, católica que tenemos”, indicó.
Durante el Consistorio, 19 nuevos cardenales de varios países prometieron y juraron permanecer para siempre y “hasta que tengan vida”, fieles a Cristo y a su evangelio, a la Iglesia católica y a la figura del pontífice.
Aunque los nuevos cardenales son 20, uno de ellos no pudo viajar a Roma por cuestiones de salud y edad. Se trata de José de Jesús Pimiento Rodríguez, arzobispo emérito de Manizales (Colombia), quien cuenta con 95 años.
De ese total, 15 tienen menos de 80 años y por ello son “electores”, es decir estarían habilitados para ingresar en un cónclave y elegir un futuro Papa.