Ciudad de México (SinEmbargo).– Más que el dinero, el poder o la expansión de su negocio, para Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, la libertad es el capital más preciado. Quizá, es la motivación que lo mantiene vivo. Su trabajo y existencia los basa en conseguirla, sin que nada falle. No importa el tiempo. Ni las negociaciones.
Ni el flujo de billetes. Eso lo dejó muy claro “El Chapo”, cuando entre 2007 y 2008, conversó con el General Mario Arturo Acosta Chaparro Escápite por instrucciones del entonces Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el aval de quien fuera Secretario de Defensa, Guillermo Galván Galván.
Tenía ya algunos años de fugado y charlaba con generosidad con el militar que contuvo sin halo de piedad a la guerrilla en los años sesenta y setenta. Acosta Chaparro había sido llamado por el Gobierno de Felipe Calderón para pactar con integrantes de los grupos delincuenciales en México; sobre todo los líderes de Los Zetas y el Cártel de Sinaloa. Ante el militar, al “Chapo” le gustaba repetir que en cuestión de dinero, nunca mencionaría cantidades. En cambio, era capaz de hablar de lo que se siente andar por el mundo, trabajando, produciendo, viviendo; libre.
–¿Cuánto te costó la fuga? –preguntaría el General.
–La libertad no tiene precio – diría un “Chapo” entre melancólico y satisfecho.
–Sí pero, ¿cuánto te costó? ¿Mucho dinero?
–El precio lo pagué desde que estaba en Almoloya. El primer paso para mí fue el traslado de Almoloya a Puente Grande
–¿Cómo te escapaste?
–No me escapé. Me abrieron la puerta.
[La conversación la reproduce para SinEmbargo, José Antonio Ortega Sánchez, amigo del General Mario Arturo Acosta Chaparro (Q.E.P.D) y quien fungió como abogado coadyuvante del Ministerio Público en la investigación del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo, perpetrado el 24 de mayo de 1993 y por el cual, fue detenido Joaquín Guzmán Loera en 1994. Ortega Sánchez sostiene que Mario Acosta Chaparro fungió como negociador-interlocutor del Gobierno de Felipe Calderón ante los grupos del narcotráfico. "El Chapo" fue uno de los líderes con los que habló].
De la primera fuga de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, Guzmán, del penal de Puente Grande, Jalisco, no hay evidencia de investigación en las instancias de seguridad y de inteligencia del Gobierno Federal. Si bien, el director del penal, Leonardo Beltrán Santana y 33 custodios fueron detenidos y consignados por ese hecho, hasta ahora se desconoce qué funcionarios del Gobierno federal ayudaron al “Chapo” en el plan para abandonar la prisión.
En aquella primera escapatoria –informada el 19 de enero de 2001– Vicente Fox Quesada (2000-2006) completaba 60 días en la Presidencia de la República y escribía los nuevos tiempos de un gobierno de alternancia partidista. “El Chapo” ya había vivido siete años entre las rejas de dos penales; el de Almoloya de Juárez o La Palma (hoy del Altiplano) y el de Puente Grande, Jalisco.
Si se revisan los mecanismos de Transparencia del Gobierno federal, es difícil saber qué pasó aquella primera vez de “El Chapo”. El 6 de junio de 2007, un ciudadano le solicitó a la Secretaría de Seguridad Pública [hoy incorporada a la Secretaría de Gobernación, cartera a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong] copia del “informe final” sobre la fuga ocurrida en 2001.
Pidió también los informes presentados por el director y/o subdirector del penal de enero de 2000 a enero de 2001; así como los presentados por el personal del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) adscrito a la cárcel, según aparece en el expediente de la causa penal de los custodios que fueron detenidos cuando escapó Guzmán Loera.