Los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa pidieron al Papa Francisco “interceder” ante el Gobierno de México para atender los problemas de violencia en el país, informó a la agencia española Efe su abogado Vidulfo Rosales, quien confirmó además que la misiva fue entregada al Pontífice.
El domingo, Francisco se reunió en la Nunciatura Apostólica en la Ciudad de México con hermanos jesuitas, quienes le entregaron la carta con el pedido de los padres de los 43 estudiantes. En la misiva, explicó Vidulfo Rosales, se hizo un resumen de “varias problemáticas”, empezando por las “desapariciones forzadas, los feminicidios y las ejecuciones extrajudiciales”.
Rosales reveló a Efe que en la carta se le pidió al Papa que intercediera ante el Gobierno mexicano y le pidiera una investigación exhaustiva, que la Ley de desapariciones forzadas pueda terminar de crearse con perspectiva y amplia participación de las víctimas, y que se esclarezca el caso de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa “Raúl Isidro Burgos”.
Las familias denunciaron una crisis humanitaria que las autoridades quisieron “esconder, maquillar y menospreciar”. Mencionaron el multihomicidio de la Colonia Narvarte, la desaparición de los cinco jóvenes de Tierra Blanca, Veracruz, el caso de los mineros de Pasta de Conchos, en Coahuila, entre otras tragedias ocurridas en años recientes, reportó el diario El Sur que tuvo acceso al documento.
En el documento también abordaron los casos de desplazamiento forzado, de ejecuciones extrajudiciales, de tortura, homicidios y trata de personas, donde se ha señalado la intervención de funcionarios públicos. Los padres de los 43 dijeron que aunque las que autoridades reconocen 27 mil desapariciones, las organizaciones sociales consideran que son muchas más.
Denunciaron que el gobierno no ha respondido a la emergencia, “al contrario, hace lo posible por obstruir las investigaciones y sólo se preocupa más por la imagen internacional, en lugar de garantizar la justicia y reparación del daño”.
Hablaron además de las masacres de Tlatlaya, en el Estado de México, y de las ocurridas en Apatzingan y Tananguato, en Michoacán. Dijeron que son referentes internacionales de las ejecuciones por parte de cuerpos de seguridad del Estado mexicano. También mencionaron las ejecuciones cometidas por soldados y policías en Guerrero durante la llamada Guerra sucia de los años 70.