El presidente Enrique Peña Nieto hizo un llamado ayer, desde el seno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a transitar de la mera prohibición en el consumo de las drogas, “a una efectiva y eficaz regulación”.
Dijo que ante las limitaciones del modelo prohibicionista, se debe atender el tema mundial de las drogas desde la perspectiva de los derechos humanos; “sólo así podremos ofrecer respuestas más integrales, equilibradas y promotoras del desarrollo”, sentenció.
“Como presidente de México, en esta Sesión Especial, doy voz a quienes expresaron la necesidad de actualizar el marco normativo, para autorizar el uso de la mariguana con fines médicos y científicos”, dijo en referencia a los foros y debates que sobre el tema tuvieran lugar en México semanas atrás.
Al participar en el Debate General de la Sesión Especial de la ONU sobre el Problema Mundial de las Drogas (UNGASS) 2016, Peña Nieto dijo que, durante aquel debate, se resaltó la importancia de elevar la cantidad de mariguana para uso personal, a fin de no criminalizar a los consumidores, de acuerdo a estándares correspondientes.
Planteó la necesidad de “asegurar la disponibilidad y un mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos, evitando al mismo tiempo, su desviación, uso indebido y tráfico”.
Anunció que en los próximos días su gobierno dará a conocer las acciones específicas que se tomarán en esta dirección, en apego a los principios de salud pública y derechos humanos, que hemos propuesto en esta Sesión Especial.
Ante ese foro mundial, el presidente Peña Nieto detalló las 10 propuestas del país en la materia, y reconoció que México “forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas; vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos”, por el fenómeno del narcotráfico.
Al fijar la postura de México sobre el tema, el Jefe del Ejecutivo federal afirmó que el esquema basado en el prohibicionismo, “la llamada guerra contra las drogas, que inició en los años 70, no han logrado inhibir la producción, el tráfico ni el consumo de drogas en el mundo. Como pocos, conocemos las limitaciones y las dolorosas implicaciones del modelo prohibicionista.
“Inevitablemente, el negocio ilegal de estupefacientes ha generado muerte y violencia, principalmente en los países productores y de tránsito”, subrayó.
Durante su intervención, el Presidente de la República afirmó que a lo largo de décadas México ha sido una de las naciones más comprometidas contra el problema de las drogas, y apuntó que “con firmeza debemos continuar haciendo lo que ha funcionado, pero con flexibilidad, debemos cambiar aquello que no ha dado resultados”.
Exigió que, bajo el esquema actual, los países consumidores asuman un mayor compromiso, tanto en la reducción de su demanda, como en la lucha contra el crimen organizado transnacional.
“La escala, sofisticación y poder corruptor de los grupos criminales, también están presentes en y dentro de las propias fronteras de los países consumidores, donde ocurre la venta final”, acusó.
En el foro mundial, Peña Nieto resumió las acciones de su gobierno para hacer frente al fenómeno de las drogas, pero admitió que, a pesar de los esfuerzos y los resultados alcanzados, “no estamos totalmente libres de la amenaza criminal, mientras siga existiendo una creciente demanda internacional de estupefacientes”.
Las 10 propuestas de México ante la UNGASS en materia de atención al fenómeno de las drogas:
1.- El problema mundial de las drogas exige que la comunidad internacional refrende el principio de responsabilidad común y compartida, mediante una cooperación internacional más intensa y efectiva.
2.- Es necesario reforzar el frente común ante la delincuencia organizada transnacional, para cerrar espacios a sus operaciones financieras y delitos conexos.
3.- Se requiere de una mayor coordinación y colaboración entre las agencias especializadas del Sistema de las Naciones Unidas, con el fin de abordar todos los aspectos del problema mundial de las drogas.
4.- Las políticas públicas y acciones derivadas de la política internacional sobre las drogas deben de estar alineadas con los esfuerzos en favor del desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
5.- Se deben atender los daños sociales relacionados con el mercado ilícito de drogas. Para aquellas comunidades vulneradas por el crimen organizado, se necesita una prevención integral de la violencia, de la exclusión y del debilitamiento del tejido social.
6.- Ante las limitaciones del paradigma prohibicionista, se debe atender el tema mundial de las drogas desde la perspectiva de los derechos humanos. Sólo así podremos ofrecer respuestas más integrales, equilibradas y promotoras del desarrollo.
7.- El consumo de drogas debe atenderse esencialmente como un problema de salud pública, toda vez que constituye una amenaza para el desarrollo pleno de las personas, especialmente de nuestros niños y jóvenes.
8.- En los delitos relacionados con las drogas se deben privilegiar penas proporcionales y alternativas al encarcelamiento, que incorporen también una perspectiva de género.
9.- Se deben sumar esfuerzos internacionales para prevenir el consumo de drogas, mediante una campaña orientada a niños y jóvenes a nivel global.
10.- Se debe asegurar la disponibilidad y un mejor acceso de las sustancias controladas para fines médicos y científicos, evitando, al mismo tiempo, su desviación, uso indebido y tráfico.