Un impuesto a los refrescos como el que analizan actualmente los legisladores mexicanos "podría desalentar el consumo de ciertas bebidas altas en calorías, pero no ayudará a abordar el problema de la obesidad", aseguró hoy el analista estadunidense Jeff Stier.
"Esta es una distinción crítica. La obesidad es causada por muchos factores, como consumir demasiadas calorías y no hacer suficiente ejercicio. Al enfocarse en un solo tipo de calorías, se ignora el panorama total", dijo Stier, del Centro Nacional para la Investigación en Políticas Públicas.
El tema está generando un fuerte debate en México, después de que el Gobierno anunciara su intención de aplicar un impuesto especial a los refrescos, entre otras razones para reducir los índices de obesidad, según altos funcionarios.
De acuerdo con datos de organizaciones de consumidores, los mexicanos beben anualmente 163 litros de refrescos embotellados per capita.
En una conversación telefónica con Efe, el investigador refirió que el enfoque regulatorio al consumo de ciertos productos para atacar el problema de la obesidad ha sido ensayado en otras partes, sin éxito.
"De hecho, en 2011 hubo un impuesto a los alimentos con grasosos en Dinamarca, y sólo estuvo en efecto durante un año porque no funcionó. La gente iba a otros lugares a comprar su comida, o la hacían ellos mismos. Encontraban la forma de darle la vuelta al impuesto", señaló.
Citó también el intento del alcalde de la Ciudad de Nueva York, Michael Bloomberg, de proscribir la venta de refrescos grandes (16 onzas, o casi medio litro) en restaurantes, cines y puestos callejeros, tentativa bloqueada por los tribunales debido al rechazo generado y las inconsistencias de la iniciativa, que eximía a otros productos que podían contener más calorías.
"Estos enfoques de regular para resolver el problema de la obesidad no funcionan. Y en una sociedad libre son impopulares y generan toda clase de pleitos políticos. Este es un problema demasiado grande para estar peleando por él", consideró el experto.
En el caso específico de los refrescos, "si se les pone un impuesto la gente consumirá otras bebidas altamente calóricas, como limonada, té, cerveza, jugo de frutas o malteadas".
Además, expuso, el azúcar no es la única fuente de la obesidad; también lo son la grasa y las proteínas. "Así que ¿debemos tener un impuesto a todas las bebidas con calorías, a todos los alimentos fritos? Es un juego que no se puede ganar", abundó.
Stier, quien ha testificado en reuniones científicas de la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) de Estados Unidos y ha tenido encuentros con miembros del Congreso sobre política científica, reconoció que los refrescos son una importante fuente de calorías.
"No estoy diciendo que todo el mundo debe consumir refrescos en cantidades ilimitadas. Lo que digo es que un impuesto a los refrescos da a los políticos la oportunidad de decir que están haciendo algo. Pero eso no resolverá el problema, y es un problema demasiado grande para jugar a la política con él", enfatizó.
Asimismo, se trata de un problema muy complejo, que requiere soluciones integrales. En México, por ejemplo, una de las razones por las que la gente compra tantos refrescos es que en algunas partes existe un limitado acceso al agua limpia para beber.
Por ello, de acuerdo con el analista, en vez de aplicar un impuesto a los refrescos, el Gobierno debe "regresar a lo básico: proporcionar agua limpia para beber, asegurarse de que los consumidores tengan acceso a frutas y vegetales saludables".
"Del otro lado de la ecuación, asegurar que la gente tenga lugares para hacer ejercicio, lugares seguros, especialmente para los niños", agregó el investigador.
Stier citó a la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, "quien ha dicho que hay un papel apropiado para cada sector, no sólo el Gobierno, no sólo las organizaciones no gubernamentales, sino individuos, grupos comunitarios, escuelas, padres de familia, e incluso la industria; todos deben unirse para ayudar a la gente a superar un muy serio problema de salud".
El Centro Nacional para la Investigación en Políticas Públicas, con sede en Washington, D.C., es una "fundación de comunicaciones e investigación que apoya una fuerte defensa nacional y está dedicada a proporcionar soluciones de libre mercado a los problemas actuales de política pública", según su página web.