Enrique Méndez y Bibi Gutierrez
Estar al frente de la segunda posición más importante dentro de un gobierno municipal, seguramente que es algo que difícilmente cualquier persona puede desempeñar con eficiencia y responsabilidad.
Tal es el caso del joven abogado tijuanense, Bernardo Padilla Muñoz, un funcionario que en cada cargo que se la conferido, ha demostrado capacidad y transparencia en su cometido.
El haber fungido como director de Reglamentos en el gobierno del ingeniero Jorge Hank y años después convertirse en director de Desarrollo Social en el XX Ayuntamiento, son pruebas de que sabe el teje y maneje de las dependencias clave en una administración municipal.
Estar al frente de la Secretaria de Gobierno Municipal, es una prueba de que el alcalde Jorge Astiazaran, confía en que este profesionista de las leyes, sabe ejercer con competitividad el lugar que le encomiende, incluyendo el segundo cargo de mayor responsabilidad en un Ayuntamiento.
La lealtad e incasables jornadas de trabajo que ejerció Bernardo Padilla durante la dificultosa campaña de proselitismo del médico político, fue prueba suficiente para que se le asignara la responsabilidad que ahora lo obliga a caminar por el sendero del buen gobierno que espera la ciudadanía durante los siguientes 35 meses.
La escuela que trae de su padre el ex diputado y exitoso empresario, licenciado Praxedis Padilla, obliga al ahora secretario de Gobierno en Tijuana, a pulir la tarea que le confió el presidente Astiazaran.
En un largo camino de tres años, muchas serán las tentaciones que habrá de sortear, por lo pronto ya dio muestras en menos de un mes, que aplica mano dura cuando de corregir las cosas se trata en negocios que estuvieron acostumbrados durante varios trienios a ejercer sus actividades al margen de la ley.
El propio presidente Astiazaran, ha ido al frente de operativos nocturnos tendientes a detectar ilícitos que gobiernos anteriores solaparon.
Lo que antes tenía como destino bolsillos y cuantas bancarias de unos cuantos funcionarios, hoy y durante tres años continuos irán a parar a las arcas municipales.
Con discreción y en acciones de bajo perfil, Bernardo Padilla, está sometiendo a los que confabulados con deshonestos servidores públicos pagaban menos de lo que ahora tienen que cubrir directamente a la Secretaria de Finanzas Municipales.
Desde luego que el ejercicio de esta actitud del gobierno de Astiazaran ha tenido reacciones de los inconformes, por ello se ha tejido una campaña de desprestigio, pero eso lo sabe el alcalde y como respuesta ha instruido a su segundo de abordo, que prosiga con lo que le encomendó a fin de que lo antes torcido se vaya enderezando.
La corrupción que privo en el gobierno de Carlos Bustamante, está muy arraigada, sin embargo, en el actual trienio impera el propósito de limpiar la porquería que dejaron, Roberto Beltrones y Obed Silva, antecesores del actual secretario de Gobierno.
Sin lugar a duda que el golpeteo a Bernardo Padilla, habrá de continuar, pero a pesar de ello, la postura en el XXI Ayuntamiento, será sostener la cruzada contra la ilegalidad.