Por Luisa López

El catolicismo en Baja California así como en las fronteras del país ha perdido terreno frente a otras religiones existentes en el interior del país, la red de investigadores de fenómenos religiosos en México (Rifrem) señaló durante su última presentación, como sede Tijuana, lo significativo que es la pérdida de la feligresía de la iglesia Romana.

Es notorio el detrimento de membresía católica, inclusive el arzobispo de Tijuana Rafael Romo Muñoz, argumentó ante este fenómeno que las otras congregaciones, en realidad “se surten de los ignorantes de la fe”, y que la mercadotecnia de la fe romana no ha funcionado, como si este tema se tratase estratégicamente como cualquier organización que busca lucrar.

Rafael Romo externa el deseo de saber cómo llamar y conquistar a la gente, viene siendo cierto que la iglesia católica, siempre ha buscado el dominio total, ser el Estado principal, mientras que muchas congregaciones en México y en el mundo han procurado la libertad religiosa y un estado laico, el catolicismo únicamente se ha dedicado a buscar su propio enriquecimiento.

Por mencionar tan sólo en el caso de Tijuana con la homologación IVA, señaló Rafael Romo, que es necesario tener un aumento a la par de la acentuación del IVA pidiendo una aportación económica que salga fuera de lo ordinario, ¿Cómo ven? El pueblo mexicano no solamente sobrevive del robo por parte del Estado, sino que aparte tiene que soportar que la iglesia esté intentando despojarle de las miserias que recibe.

Haciendo un recuento del catolicismo en México, podemos advertir que nunca ha disipado su principal objetivo: Buscar el absolutismo, el poder, la autoridad, para adquirir un estatus de  disponibilidad económica, y de muchas maneras lo han expresado, basta ver la intolerancia que viven los ajenos a la fe de las imágenes, María y los santos.

Recientemente se han visto casos de intolerancia religiosa, como por ejemplo con la destrucción de las capillas de la Santa Muerte en otros puntos del país, el pasado 10 de enero, publicó la revista proceso el caso de la destrucción de una capilla por Efectivos de la Marina, en la ciudad de Matamoros, Tamaulipas orden ejecutada por la Alcaldesa Leticia Salazar.

Leticia Salazar Vásquez, se reunió meses atrás, en una visita privada, con el obispo de la diócesis de Matamoros Ruy Rendón, para dialogar sobre los intereses que comparten "fortalecer la fe y los valores de las familias” influyendo de esta manera en las decisiones del estado.

El argumento de estos actos de intolerancia es que se presume que los principales seguidores de este culto son los narcotraficantes y por lo tanto el trabajo del Ejército Méxicano y de Efectivos de la Marina también consiste en exterminar capillas y altares también como parte del combate en el tráfico de estupefacientes.

Lo anterior simplemente es parte del terror que siente la iglesia Católica al verse amenazada no sólo por la creencia en la Santa Muerte sino por otras doctrinas religiosas en la que la feligresía católica está convirtiéndose, lo cual se ve reflejado en las estadísticas.

Es claro que el catolicismo a través del Estado simplemente está buscando combatir toda congregación que represente un obstáculo para sus propósitos, monopolizar el catolicismo nuevamente.