Octavio Fabela Ballinas
El lío que traen entre alcalde y síndico procurador, parece entró a la congeladora y nunca sabremos si es verdad que Arturo Ledesma Romo le solicitó a Jorge Astiazarán Orci la mitad de los ingresos indebidos que concurren en el Ayuntamiento de Tijuana, como tampoco sabremos por qué si la mayoría de esos recursos dicen llegan vía oficinas de maneja la Secretaría de Gobierno, al titular de esta Bernardo Padilla Muñoz se le intentó suspender por un asunto administrativo de míseros 270 mil pesos.
Para desgracia nuestra, será difícil también que sepamos la verdad acerca del desfalco con el remplazo de las luminarias en la administración de Carlos Bustamante Anchondo ni que es lo que va a pasar con las plazas sindicales otorgadas indebidamente por el ex primer munícipe a las señoritas, muy guapas por cierto, que formaban su círculo más cercano de colaboradoras.
El fluir de la información sobre estos y otros temas igual de interesantes e importantes para la percepción que todos podemos tener de la honestidad con que se maneja el gobierno de la ciudad y quienes lo integran, fue destinado al más oscuro de los calabozos al ponerlo en manos de una comisión especial del Cabildo de la ciudad.
Ya desde hace dos siglos el gran Napoleón Bonaparte, solía recomendar a sus lacayos: "si quieres que algo se haga, encárgaselo a una persona; pero si quieres que algo no se haga, encárgaselo a un comité" y pues cuando parecía que el Cabildo en pleno se ponía las pilas para aclarar los temas que llegaron junto con la tormenta el pasado fin de semana, pues nada que todo quedó en una comisión.
De entrada, la mentada comisión encabezada por el regidor Héctor Rivera Moreno, no pudo siquiera hacer un resumen de lo que trató la sesión a puerta cerrada del Cabildo en pleno y los protagonistas: síndico y alcalde hicieron mutis al concluir la encerrona de hora y media. Al parecer donde sí hay claridad que deslumbra es en el oscurantismo con el que se tratarán los temas importantes. Que todo será bajo el agua y en lo ocurito está muy, muy claro.
Por cierto, en medio de todo este combate de dimes y diretes, ¿dónde estuvieron los responsables de cuidar la imagen del alcalde y el ayuntamiento? Brillaron por su ausencia.