Jaime Flores Martínez
Almorranas
Irritada su retaguardia porque la autoridad educativa lo corrió por majadero, el profesor Alejandro Jimón Apreza no halla a quien culpar de su desgracia. Además de lanzar acusaciones sin recato, también se atreve a insultar al columnista. Qué pena que su denuncia contra Cicuta no haya prosperado. De allí su frustración.
En su desesperada búsqueda de culpables, Jimón recurre a su lenguaje habitual, propio de un pelado carretonero. ¿Cómo entender que un profesor maneje públicamente un lenguaje tan soez? ¡Jimón utiliza su página de Facebook para lanzar acusaciones y publicar peladeces!
Apenas el lunes el maestro Jimón ventiló su frustración al subir a la red la fachada de la escuela Miguel Hidalgo de Tijuana para ilustrar su señalamiento. Allí señala que“el pasado 21 de mayo se descubrió un fraude por 1 millon 800 mil pesos en la Mesa Directiva, que tenía como tesorera a la señora Claudia Gallardo.
Señala que el director Homero Ochoa Villavicencio lo encubrió cuando estuvo al frente de la escuela y luego salió comisionado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Dice que en su lugar quedó Erika Ulloa Carranza, quien sigue cubriendo y ensañándose con las mamás inconformes por dicho fraude.
Para no destacar la pésima sintaxis del maestro, el columnista se limita a interpretar el bodrio de texto subido a la red por alguien dedicado a educar a los niños. En su sabana asegura que se realizó una auditoría entregada a la directora, quien aparentemente ignoró el resultado.
El maestro Jimón afirma que la única reacción fue dar de baja a los hijos de una señora que pertenecía a esa Mesa Directiva.
Relata que los integrantes intentan cobrar 50 pesos a los alumnos para recuperar parte de lo perdido, aunque de paso acusa de usurero a Carlos Brumen Rodela, un profesor de Educación Artística destituido por las maniobras torcidas de Jimón.
Como si estuviera en posición de exigir, este hombre pide “que devuelvan el dinero de las cuotas voluntarias”, pues en agosto “pagamos 850 pesos por alumno”. Y es que Jimón tiene en la escuela Miguel Hidalgo a una de sus nietas, aunque al despachar allí como maestro nunca pagó sus cuotas.
Al final de su texto, el maestro que nadie quisiera tener, truena contra el columnista a quien califica de burro. ¿Acaso el texto lo hizo frente al espejo? Y lanza un reto a Cicuta: "A ver si escribes la verdad del fraude” “¿verdad que no era por mi grilla burro?"
Honorable maestro Jimón, está usted servido. El escribiente hizo lo que pudo para reproducir lo que subió a Facebook el lunes. Hasta el más hábil redactor lo encontraría complicado. Para usted debe ser frustrante que la denuncia por difamación y calumnias presentada por usted contra un servidor no haya prosperado. Escribir la realidad no es difamación y los adjetivos no son calumnia.
Habrá que señalar que Cicuta no tiene acceso a la página del maestro Jimón en Facebook, aunque algunos maestros se encargaron de mandar la foto de la publicación de un maestro que avergüenza al gremio. ¿Alguien con 2 gramos de materia gris estaría dispuesto a que un profesor de ese nivel le impartiera clases a alguno de sus hijos?
En un intento por mantener el nivel académico y extirpar los vicios practicados por Jimón, a principios de año el delegado del sistema educativo estatal en Tijuana Leopoldo Guerrero, decidió destituirlo de la escuela Miguel Hidalgo para mandarlo a la primaria Lázaro Cárdenas ubicada en la Zona Norte de Tijuana. Pobres niños.
Allí en la Miguel Hidalgo, maestros y padres de familia padecieron por muchos años los abusos y majaderías de un profesor que manejaba las cosas como le daba la gana. Nunca reparó en aplastar las determinaciones tomadas por los directivos.
Cansados de tanto abuso, padres de familia presentaron denuncias ante la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) y ante las autoridades educativas.
Aunque un mini grupo de padres de familia aplaudían las estupideces de un maestro que debería asistir a clases para aprender a escribir y de paso buenos modales, la mayoría de las mujeres que llevan a sus hijos a la Miguel Hidalgo se mostraron aliviadas con la destitución de Jimón.
Una de ellas presentó una queja ante la PDH porque el profesor Jimón no dejo a su hijo de seis años salir al baño. El pequeño se orinó en los pantalones, lo que provocó carcajadas de Jimón y la burla de sus compañeros. Otra niña terminó en el psicólogo porque Jimón la obligaba a decirle "papacito", mientras el insolente maestro le llamaba "mamacita".
Los ardores de la espalda baja del maestro Jimón comprueban que sus heridas están abiertas. Aunque está en el ocaso de su carrera, este mentor debe reconsiderar en beneficio de los alumnos y de la educación.
Radio
El periodista Fernando del Monte y el autor de Cicuta son mancuerna en Fórmula Tijuana, que se transmite de lunes a viernes a la una y media de la tarde por la frecuencia 950 de amplitud modulada, Radio Fórmula Tijuana.
Cicuta.com.mx twitter: @jaimecicuta