Jaime Flores Martínez
Roedor
Entronizado en la dirigencia local de la FSTSE, el profesor Enrique Parra Romero no cesa de aprovecharse de los incautos. Lo mismo cobra por gestionar algún trámite, que hostiga a sus detractores y manipula a sus incondicionales para que le retaquen los bolsillos.
Al menos los residentes del Módulo Social Fovissste en Otay Tijuana ya no aguantan tanto abuso del profesor Parra y sus secuaces, porque insisten en cobrar la renta a personas que ocupan los locales comerciales construidos --hace más de una década-- para sostener el mantenimiento del fraccionamiento.
Ellos formaron una asociación civil que representa a 208 familias que habitan el “Fovissste 1”. Pertrechados en la AC se resisten a someterse a los caprichos de un personaje que hace gala de sus influencias para buscar ponerles el zapato en el cuello.
Rosendo Tovar Ayala, presidente del Consejo Directivo de la Promotora del Desarrollo Comunitario del Módulo Social Otay Tijuana (Prodecom), entregó a Cicuta una copia de la denuncia presentada en contra de Salvador Garibay Castro y los integrantes de un consejo espurio creado a capricho del profesor Parra.
En enero del 2007 quedó el consejo legalmente constituido, lo que provocó la furia de Parra. ¿Cómo se atreven a quitarle el negocio? Tres meses después Parra Romero organizó y formalizó su propio consejo, donde nombró a su ejército de incondicionales.
A mediados de julio de ese año los auténticos consejeros presentaron una denuncia ante la Procuraduría de Justicia del Estado la cual se resolvió apenas en noviembre del año pasado. El juez Séptimo de lo Civil desconoció el Consejo encabezado por Garibay, marioneta de Parra.
El objetivo de crear esa falsa agrupación era exclusivamente obtener el recurso que genera la renta de los locales comerciales y un salón social usado para fiestas y banquetes. Garibay se ostenta como presidente del Consejo Directivo y regularmente asiste a cobrarles a las personas que ocupan los locales.
Cansados de los excesos cometidos por Parra a través de sus ahijados, los auténticos consejeros denunciaron a Garibay por los delitos de fraude y fraude específico.
En un encuentro realizado la semana pasada, la señora Guadalupe Gutiérrez, una de las afectadas, confirmó a Cicuta que durante la pasada administración municipal fue hostigada por Enrique Parra, quien encabezaba la Comisión de Seguridad Pública del Ayuntamiento de Tijuana. Parra metía el brazo en los asuntos relativos a la seguridad y manipulaba a su antojo.
Como encargado de la seguridad pública del cabildo, Parra se dedicó a hostigar a sus detractores a través la presión policiaca. Era común que los oficiales irrumpieran en domicilios de los detractores de Parra con el argumento de que“ahí vendían droga”. Los propios vecinos testificaron las carcajadas de Parra al enterarse de los incidentes.
Sobre la entronización, Parra Romero es desde hace dos décadas y media sempiterno dirigente de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), donde se dice inamovible.
Nadie se explica su descaro pues durante los tres años del anterior gobierno, el profesor Parra colocó a su hijo como dirigente de esa agrupación, sin importarle caer en ilegalidades. Si su hijo Enriquito ni siquiera pertenece al sindicato pero así despachó como responsable de la FSTSE en Tijuana.
A mediados del 2011 Cicuta se refirió a la estrategia utilizada entonces por el regidor Enrique Parra para hacerse del dinero fácil. Amigo íntimo del entonces delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER) Jaime Uriel Camus, el profesor Parra cobraba el equivalente a 200 dólares a las personas interesadas en agilizar su trámite de pasaporte.
Parra les cobraba 200 verdes y después le llamaba a su amigo Jaime Uriel para pedirle “una cortesía” en apoyo a esas personas. Cálculos helados dejan saber que tan sólo por este rubro, el regidor Parra se embutía hasta 10 mil dólares mensuales pues la cola de interesados se contaba en docenas. El escándalo estalló al momento en que Jaime Uriel Camus fue destituido de la SRE por diversos actos de corrupción.
De regreso al tema primario, la resolución del Juez Séptimo de lo Civil desconoció a los integrantes del Consejo espurio y aun así se presentan como los titulares. Por eso están acusados por fraude.
Cicuta cuenta con un recibo elaborado a mano y firmado por el profesor Enrique Parra Romero, donde promete gestionar las escrituras de una vivienda a cambio de 5 mil dólares. El documento es por la cantidad de mil dólares bajo el concepto de “anticipo al trámite descrito en la casa habitación ubicada en la manzana 11, lote 122, de la calle dos, número 144, del Módulo Social Tijuana.
Enrique Parra Romero nunca realizó la entrega formal y legal de los locales comerciales y del salón social a los integrantes del Comité legalmente establecido. Los vecinos recuerdan que a principios de los noventas el mismo Parra encabezó ese Comité. A la hora que debía entregar cuentas simplemente les contó un cuento.
Les dijo que le habían robado su auto con toda la documentación y los recibos originales en su interior. Con ese argumento levantó los hombros y se volteó hacia otro lado. A 25 años de su permanencia en la FSTSE Enrique Parra Romero, es el mejor ejemplo de un dirigente (que no líder) que aprovecha sus influencias para retacarse los bolsillos sin decoro y a costillas de personas vulnerables.
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