Tijuana.- Sembrar sin angustiarse esperando la temporada de lluvias e incluso lograr más y mejores cosechas, ya es posible gracias al método de “agua sólida”, proceso inventado por un mexicano que podría además solucionar el problema del hambre y la migración de los campesinos.
En la primera conferencia del séptimo día de actividades en Tijuana Innovadora 2014 “Diáspora Mexicana, el talento que voló al norte”, se presentó el Ingeniero Sergio Rico con el tema “Lluvia sólida: residuos de agua”.
“La diáspora tiene sentido humano muy profundo. Cuando le preguntas a la gente por qué emigró, la respuesta generalizada es ‘ya no hay agua’”, inició su charla Rico para explicar el problema de la sequía que ha vuelto improductivos los campos de México y hace que la gente abandone su tierra.
El ingeniero Rico inventó una forma de “cosechar” la lluvia, solidificarla y usarla para la agricultura. Se capta la lluvia de los techos, para guardarla de forma molecular como si fueran fragmentos de hielo, sin perder sus propiedades y calidad.
La tecnología consiste en el uso de una sustancia a base de poliacrilato de potasio –similar a la azúcar- que atrapa el agua en forma de gel y después se mezcla entre la tierra donde están las raíces de las plantas, se adhieren a ellas y las mantienen hidratadas permanentemente.
Explicó que por cada kilogramo de esta fórmula se gelatinizan 500 litros de agua de “lluvia sólida”, por lo que además resulta muy barato.
No se tienen que usar bombas eléctricas, sistemas de riego ni más herramientas, sólo costales para almacenar el compuesto y después colocarlo en la tierra. La humedad es horizontal, por lo que la humedad permanece por semanas o meses sin necesidad de regar o que llueva.
La gran ventaja es que se reducen costos de agua, fertilizantes, mano de obra y demás, y la productividad se incrementa varias veces. Sergio Rico ilustró los casos en los que se ha aplicado el método de “agua sólida”. Por ejemplo en un campo de frijol la cosecha aumentó de 450 a 1,800 kilos; en uno de girasoles de 1,100 kilos se incrementó a 3000 kilos y “el girasol salió más grande que la cabeza del campesino”.
En una siembra de papa se obtuvo una productividad 300 veces superior a la habitual y se gastó 75 por ciento menos en agua, fertilizantes y demás insumos. En la Piedad, Michoacán este innovador proceso salvó de ir a la quiebra a un ejidatario que tenía secas 10 hectáreas de tomate.
Dio otro dato revelador: Cuando se siembra en cada “pocito” que se hace en la tierra se colocan 3 ó 4 semillas para esperar que alguna de ellas germinen, con el “agua sólida” todas dan fruto.
El ingiero Sergio Rico, que en el 2012 recibió el Premio Nacional de Ciencia de la revista Quo, resumió las ventajas del proceso de solidificación del agua: Plantas sin estrés, aumento de productividad, se reduce en un 90 por ciento el uso de sistemas de riego, menos gasto de fertilizantes, y además funciona para combatir incendios de parcelas y arbustos.
Mostró imágenes de acelgas que suelen medir 30 centímetros y con este método crecieron más del doble, o calabacitas del tamaño de un melón. En algunas comunidades la Sedesol en lugar de dar despensas a la gente, entregó esta fórmula para que la gente coseche sus propias hortalizas.
“Esto puede ser una revolución para transformar el mundo de la agricultura y en general el problema de la alimentación y producción. La mejor salida contra la pobreza y el hambre”, concluyó Rico.