Aunque apenas corren los tres primeros meses del 2015, de antemano puede decirse, que el suscitado esta semana, con la denuncia por supuesta extorsión, de parte del Gobernador Kiko Vega y los alcaldes de los 5 ayuntamientos de la entidad, en contra de los periódicos Healy, será el escándalo del año.
Parece algo insólito, que dos alcaldes panistas, tres priístas y el gobernador panista, hayan decidido exhibir públicamente a la empresa editora de Frontera en Tijuana, Frontera Ensenada y La Crónica.
Dada la relevancia de esto, en tanto que no todos los días se da un encuentro como este, y aunque seguramente muchos ya leyeron bastante sobre el tema, vale la pena hacer algunas observaciones y precisiones.
Por principio de cuentas, los periódicos que la familia Healy edita en Baja California, no se distinguen precisamente por ser analíticos y críticos. Su calidad periodística, apenas si cabe en la medianía. Incluso, más que periódicos serios, formales, son meros folletos publicitarios.
Sus notas periodísticas, no son de gran trascendencia. En su mayoría constan de 4 o 5 párrafos y los temas que tocan o abordan, generalmente, son genéricos y superficiales.
Es difícil imaginar, que puedan adoptar posturas gangsteriles, exigiendo cuantiosas cantidades de dinero a los gobernantes, so pena de hacerlos “pedazos” a periodicazos. Pero los gobernantes se quejan de que si lo venían haciendo.
Los reporteros de las llamadas “fuentes oficiales”, andan que se mueren de risa, cuando escuchan o comentan, sobre las exorbitantes cantidades de dinero, que se dice exigían los representantes de tales periódicos, por no exihibir a alcaldes y gobernador.
Siendo un tema tan delicado, ni vale la pena mencionar montos, hasta que esto se formalice en una denuncia penal o en una reclamación ante instancias judiciales civiles.
Sin embargo, el que los 6 principales gobernantes en la entidad, afirmen que fueron extorsionados, da cierto grado de credibilidad y deja en una bochornosa situación a la empresa periodística. Por algo dicen que “cuando el río suena, es que agua lleva”.
Sin embargo, cabe hacer algunas observaciones y precisiones.
Los acusadores, señalan, entre otras cosas, lo siguiente :
Que “En las últimas semanas ha sido una constante de los citados medios de comunicación, el manejo de información fuera de toda objetividad, que no atenta contra los gobiernos que encabezamos, sino contra el desarrollo armónico y la imagen de esta entidad”.
La verdad, que sea menos. Si bien es cierto fue manifiesta, en fechas recientes, la intención de destacar cuestiones negativas respecto a alcaldes y gobernador, pero de ninguna manera atentaron “contra el desarrollo armónico y la imagen de la entidad”.
Ni una sola de las notas publicadas, podría alcanzar tal significado. Tal vez incomodaron a dichos gobernantes, pero hasta ahí. Darles mayor relevancia, es una exageración.
Alcaldes y gobernador, estallaron, ante la necia persistencia de los representantes de tales medios, en las exigencias económicas. Esta semana coincidieron en varios eventos, intercambiaron sus respectivas experiencias, las cuales fueron coincidentes. El equipo del Gobernador instrumentó el manifiesto y los alcaldes simplemente se adhirieron. Estimaron necesario poner un alto a tales requerimientos y lo hicieron.
Los directivos de las empresas periodísticas, se vistieron de dignidad, negaron los intentos de extorsión, magnificaron su pobre tarea periodística, se enredaron en la bandera de la libertad de expresión y se pronunciaron en su defensa.
Esto, es una exageración. Para nada se cuestiona, o se trata de limitar, la tarea periodística. Lo publicado sobre la tarea de los políticos aludidos, no ha sido espectacular, ni equiparable al posible descubrimiento del hilo negro.
Más bien fue la monserga de los necios requerimientos económicos.
Sin embargo, este escándalo, puede generar resultados positivos, si los políticos eficientizan su labor y se abstienen de incurrir en actos deshonestos. Para evitar las incómodas críticas o los reclamos gangsteriles.
Y, por su parte, los medios periodísticos, que hoy quedan en una bochornosa situación, mejoran su trabajo periodístico, tratando de alcanzar niveles de profesionalismo, analítico y crítico.
Todo indica que esto no quedará en la mera denuncia mediática y en la reacción de supuesta indignación de quienes representan a dichos medios.
De cualquier forma, se puso al descubierto la perversa relación de políticos y medios periodísticos. El exigir fuertes cantidades de dinero, so pena de exhibirlos como pésimos gobernantes.
Una versión distinta, de aquella proclama lopezportillista del “no pago para que me peguen”.
El decir : “me pagas, o te mato a periodicazos”. ¡ Huy !….qué miedo.