Tijuana, B.C.- De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingreso Gasto de los Hogares (INEGI) 2014, las familias pertenecientes a las clases medias han sufrido el impacto de la Reforma Fiscal al perder el 5.1% su poder adquisitivo en el último año, advirtió el economista Jorge Fonseca.

Aclaró que, si bien, los hogares situados en el grupo considerado como de extrema pobreza obtuvieron un avance marginal del 2.1%, debido a la reducción de las tarifas eléctricas, telefonía fija y móvil; las familias pertenecientes a las clases medias son más sensibles al impacto de las nuevas disposiciones fiscales al perder su capacidad de compra en un 5.1%, mientras que la clase alta retrocedió su poder de compra en un 3.1%.

Sin embargo, dijo, la población en condición socioeconómica vulnerable destina más de la mitad su ingreso al consumo de alimentos y bebidas, por lo que el consumo de luz y telefonía es de bajo a muy bajo.

Mientras que las familias de la clase media, es decir 44 millones del total de la población, tiene la posibilidad de hacer uso de servicios médicos particulares, asiste con frecuencia a centros comerciales y restaurantes; cuenta con membresías para gimnasios o spas y vacaciona al menos una vez al año a destinos turísticos nacionales.

Además utiliza la banca y sus servicios, ahorra para el retiro y/o cuenta con seguro de vida, pero sobre todo se esfuerza por enviar a sus hijos a instituciones educativas privadas al menos en las etapas básica, media y media superior.

El analista, subrayó que contrario a la situación que viven los hogares en extrema pobreza o de clase alta, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el 42% de la población, es decir 44 millones de mexicanos, pertenece a las clases medias.

“Estos 44 millones de mexicanos son el motor del mercado interno del país, no podríamos entender una economía prospera sin sus clases medias”, expresó.

“Cuando las clases medias son agraviadas en su poder adquisitivo, su primera reacción se observa con recortes en los rubros de viajes y esparcimiento, afectando directamente los destinos turísticos, su consumo en bares y restaurantes y una disminución de visitas a los centros comerciales y salas de cine de su localidad”, agregó.

Refirió que al “castigar” a la clase trabajadora con mayores impuestos, hay una menor generación de empleos formales y un debilitamiento del mercado interno y cuando la pérdida del poder adquisitivo se agudiza llega el segundo impacto al mercado interno, los consumidores de estos hogares se abstienen de ahorrar inclusive se ven en la necesidad de perder sus coberturas de servicios médicos.

“Una vez afectados en su poder adquisitivo además de debilitar el mercado interno, las familias de estos hogares se ven en la necesidad de hacer uso de los servicios médicos que ofrece el Estado impactando severamente las finanzas del gobierno, limitando y saturando la capacidad de atención de los mismos”, señaló.

Por ello, es importante analizar el comportamiento, consumo y preferencias de este sector a la hora de diseñar las políticas fiscales, puntualizó.

“Pega” 8% de IEPS a clase baja

Jorge Fonseca destacó que a medida que se va descendiendo en los niveles de ingreso la composición de la dieta alimentaria va incrementando su índice calórico al ser estos alimentos más accesibles.

“Podríamos decir que este grupo, a diferencia de los otros tres, fue el que realmente se vio afectado con el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) del 8% a productos con alto contenido calórico”, expresó.

“La economía formal de este país descansa en los hombros de las clases medias y si queremos que el mercado interno se fortalezca se deberá analizarse la propuesta de una contra reforma fiscal, que permita que los consumidores de estos deciles se prospere en lugar de empobrecerlos como se ha hecho hasta el momento”, concluyó Jorge Fonseca