El miércoles pasado, el periódico Frontera exhibió una suntuosa residencia que se construye en la Colonia Juárez de Tijuana, propiedad del gobernador Francisco Arturo Vega de Lamadrid quien, en el desborde del cinismo, producto de las limitaciones mentales que padece, reconoce que posee más de 20 propiedades en Baja California y San Diego.

El gobernador Vega no habla de las faraónicas propiedades que posee en carísimas zonas de playa en La Paz, Baja California, como tampoco de las que ha se comprado en la Ciudad de México, en vecindarios con la plusvalía más costosa del país, como Polanco y Santa Fe.

La proclividad del ahora gobernador bajacalifoirniano, Francisco Vega al desvío de recursos, al robo y despojo de bienes raíces, le es conocida desde sus años de presidente municipal de Tijuana, cuando se vio involucrado en escándalos por desvíos millonarios y la compra de bienes millonarios en Baja California Sur y en California, Estados Unidos.